Según reveló último reporte elaborado por el Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina.
Elemento químico metálico, de número atómico 79, de color amarillo brillante, el más dúctil y maleable de los metales, muy buen conductor del calor y la electricidad, escaso en la corteza terrestre, donde se encuentra nativo y muy disperso, y que se usa en joyería, en la fabricación de monedas y, aleado con platino o paladio, en odontología.
Así define la Real Academia de la Lengua al oro, un mineral codiciado por el hombre que, por medio de la extracción ilegal, principalmente, continúa con las acciones de deforestación y contaminación de ríos en la Amazonía peruana.
En un reporte recientemente publicado por el Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP, por sus siglas en inglés) ofrece un análisis del panorama minero en la Amazonía peruana durante los últimos tres años, comprendidos entre enero de 2021 y marzo de 2024.
Durante este período, se ha registrado una preocupante deforestación minera total de 30,846 hectáreas, equivalente a aproximadamente 43 mil campos de fútbol profesionales. De esta cifra, el 74% de la deforestación se ha concentrado dentro del llamado corredor minero, que atraviesa las regiones de Cusco, Apurímac y Arequipa.
“…la deforestación causada por la minera ha ocurrido dentro del Corredor Minero, una amplia superficie (casi medio millón de hectáreas) en donde la minería artesanal y de pequeña escala es permitida por el gobierno con el fin de organizar y promover esta actividad. Es decir, la gran mayoría de la deforestación minera no es necesariamente ilegal, por estar en el corredor designado para esta actividad”, se señala en el informe.
La crisis alcanzó su punto máximo entre 2017 y 2018, cuando la minería ilegal devastó extensas áreas de bosque primario en La Pampa, en la región de Madre de Dios.
Para hacer frente a esta situación, en 2019 el gobierno peruano lanzó la Operación Mercurio, seguida más tarde por el Plan Restauración en 2021, dirigido a intervenir en áreas críticas de la región.
Con estas acciones, la actividad minera ilegal en La Pampa disminuyó, pero hubo un aumento significativo en otras áreas previamente deforestadas.
El presente reporte subraya la urgencia de abordar la minería ilegal y sus impactos devastadores en la Amazonía peruana. Lea el informe completo en esta dirección.