No basta con usar ChatGPT o Gemini, hay que entenderlos. Esta experiencia con simuladores muestra cómo visualizar el flujo de datos, la vectorización y la predicción de respuestas con IA generativa.
Por Juan Carlos Luján, columnista.
Hace unos días comentaba por aquí la importancia de entender cómo funcionan los modelos de lenguaje, para no caer en el error -cada vez más común- de pensar que tienen conciencia, conocimiento o que siempre dicen la verdad.
Lo explico con calma: ChatGPT, Gemini, Deepseek, Claude y tantos otros no “piensan” como nosotros. Son sistemas entrenados para imitar tareas cognitivas humanas. Lo que hacen es predecir cuál es la palabra más probable que debería venir después en una oración, en base a millones de ejemplos previos. Eso es todo. Si parecen inteligentes, es porque han aprendido a sonar coherentes. Pero también pueden equivocarse, ser ambiguos o imprecisos.
Por eso siempre insisto: si no eres especialista en un tema, contrasta, compara y verifica las respuestas. Usa más de un modelo. Haz tu propia investigación. No te quedes con lo primero que te diga una IA, por más convincente que suene.
Como hoy lo visual manda sobre el texto, quise buscar una forma gráfica para explicar todo esto. Pensé en una infografía, que ahora se puede hacer sin problema con ChatGPT-4o, pero decidí probar algo más interactivo. Así llegué a experimentar con Gemini 2.5 Pro, en la opción Canva, y me animé a crear un simulador que mostrara el flujo interno de un modelo de lenguaje.
Primer intento: Gemini en modo simulador
Le pedí a Gemini que creara un simulador colorido que representara cómo un modelo de lenguaje procesa un prompt. El encargo era específico: debía incluir el ingreso del texto, la vectorización de palabras, el procesamiento, y luego mostrar una respuesta generada con la predicción de la palabra más probable. Usaría HTML5, CSS y JavaScript.
EL PROMPT: Crea un simulador interactivo y colorido que represente y explique cómo funciona un modelo de lenguaje al ingresar un prompt, la vectorización, el procesamiento de los datos y la respuesta basada en la palabra más probable. El simulador debe tener un campo de ingreso de prompt (que funcione con una oración) en la parte superior y en la parte inferior la respuesta. Hazlo con HTML5, CSS y Javascript El primer resultado fue aceptable, pero le faltaba claridad. Entonces afiné el prompt y le indiqué que mostrara explícitamente la respuesta basada en predicción. El segundo intento fue más sólido. Un diseño más funcional y fácil de seguir (les dejo el hipervínculo).

Claude en acción
Luego lo intenté con Claude, un modelo muy competente para programación. Tiene una versión gratuita limitada, pero sí me permitió hacer el simulador. Empecé con un prompt general sobre el flujo de datos en un modelo de lenguaje, pero no me convenció. Entonces fui más específico: le pedí que mostrara los componentes tecnológicos claves y que mejorara la visualización del proceso.
EL PROMPT. Elabora un simulador interactivo y colorido que represente y explique cómo trabajan los modelos de lenguaje a través de los datos que obtiene de internet. Detalla los componenentes tecnológicos más importantes que tienen estos modelos. Hazlo con HTML5, CSS y Javascript.

Tras iterar tres veces, llegamos a una versión bastante precisa. Tal vez algo técnica de más, pero útil para quien quiera entender cómo se representa gráficamente el proceso completo: prompt → vectorización → procesamiento → predicción → respuesta.
EL PROMPT. puedes mejorarlo anteponiendo el ingreso de un prompt, la vectorización de palabras, el procesamiento y la respuesta basada en predicción de palabras.
Pueden ver el resultado final en este enlace.

Lo que aprendí (y te recomiendo)
Lo valioso de esta experiencia es que demuestra algo clave: ya no necesitas ser programador para crear simuladores interactivos. Lo fundamental es tener una idea clara de lo que quieres hacer -una animación, una infografía, una app, lo que sea- y luego redactar un prompt lo más detallado posible.
Estas herramientas son hoy aliadas de estudiantes, docentes, profesionales creativos o cualquier persona interesada en experimentar con soluciones digitales. Lo veo a diario en el programa especializado en IA para la Educación que impulsamos en la Universidad Autónoma del Perú. Y cada vez confirmo más que la inteligencia artificial no es el futuro: es el presente, y ha llegado para quedarse.