Un estudio de Mayo Clinic revela que la presencia de ADN tumoral circulante con mutación KRAS en sangre o fluido abdominal predice peor evolución en pacientes con adenocarcinoma ductal de páncreas. El hallazgo puede transformar las estrategias de tratamiento.
Un hallazgo reciente del Centro Oncológico Integral de Mayo Clinic podría marcar un antes y un después en la forma en que se diagnostica y trata el cáncer de páncreas. Investigadores han identificado que la detección en sangre o fluido abdominal de una mutación genética específica —la KRAS presente en el ADN tumoral circulante (ADNct)— permite anticipar con notable precisión la probabilidad de metástasis y la tasa de supervivencia de los pacientes con adenocarcinoma ductal de páncreas (PDAC).
Este tipo de cáncer, una de las formas más agresivas y de difícil diagnóstico, suele encontrarse ya en estado avanzado al momento de ser detectado, lo que complica significativamente el tratamiento. Los métodos actuales muchas veces no logran identificar metástasis ocultas, lo que pone en riesgo la efectividad de intervenciones como la cirugía. En este contexto, el nuevo análisis genético podría ofrecer una herramienta decisiva.

“Este es un gran avance para el adenocarcinoma ductal de páncreas”, afirmó el Dr. Mark Truty, cirujano oncológico hepatobiliar y pancreático del Departamento de Cirugía de Mayo Clinic, y autor sénior del estudio. “Hemos tenido este análisis genético disponible durante años; sin embargo, no sabíamos la importancia de los resultados o cómo interpretarlos. Tener el status KRAS permitirá al paciente y a su médico tomar mejores decisiones sobre el tratamiento individualizado del cáncer”.
El estudio, publicado en Annals of Surgical Oncology, se basa en una cohorte prospectiva que incluyó a casi 800 pacientes entre los años 2018 y 2022. Se trata del análisis más amplio hasta ahora realizado con esta técnica. El objetivo fue determinar la relevancia clínica de la mutación KRAS detectada mediante ADNct, a través de pruebas no invasivas.
Los resultados fueron contundentes: el 14% de los pacientes analizados por sangre presentaron KRAS mutante. En el análisis de fluido peritoneal —realizado a 419 pacientes— este porcentaje ascendió al 29%. En ambos casos, los pacientes con la mutación mostraron tasas de supervivencia significativamente más bajas y mayor riesgo de metástasis.
“El estudio permite una estadificación más precisa en el diagnóstico, lo que lleva a mejores decisiones de tratamiento”, explicó la Dra. Jennifer Leiting, cirujana hepatobiliar y pancreática en el Departamento de Cirugía de Mayo Clinic, y autora principal del artículo. “Este gran estudio nos da una comprensión mucho más clara de cómo interpretar los resultados de los análisis y utilizarlos para mejorar la atención de los pacientes”.
Una de las revelaciones más importantes del trabajo es que el análisis resulta particularmente útil si se realiza antes de iniciar cualquier tratamiento, como la quimioterapia. “Aquellos sin tratamiento previo fueron los que tuvieron la mayor incidencia de KRAS mutante”, indica el informe. Esto sugiere que, para obtener la mejor rentabilidad diagnóstica, el análisis debe integrarse en la primera etapa del abordaje clínico.
Si bien la cirugía sigue siendo la única cura potencial para este tipo de cáncer, la mayoría de los pacientes sufre una reaparición de la enfermedad posteriormente. Por eso, la identificación temprana de pacientes con alto riesgo de diseminación permite modificar el enfoque terapéutico hacia una estrategia que combine quimioterapia y radioterapia antes de considerar la cirugía.
El análisis también aporta claridad sobre casos donde no se detecta la mutación KRAS, lo cual ocurre en cerca del 10% de los pacientes. En estos escenarios, los investigadores advierten que se requiere una evaluación más exhaustiva, ya que la ausencia del marcador no implica necesariamente una evolución favorable.
“Históricamente, sabemos que las mutaciones KRAS están asociadas a un cáncer de páncreas biológicamente más agresivo”, añadió la Dra. Leiting. “Ahora tenemos evidencia concreta que nos ayuda a confirmar esa sospecha clínica y actuar de forma más proactiva”.
El estudio de Mayo Clinic propone incorporar este análisis como parte estándar del diagnóstico inicial de PDAC. Al hacerlo, se lograría una estratificación de riesgo más precisa, permitiendo a los médicos diseñar tratamientos personalizados desde el inicio. Además, al tratarse de un análisis clínicamente aprobado y de bajo riesgo, podría implementarse en centros médicos de diferentes niveles de complejidad.
“Esta mejora en la capacidad de diagnóstico brinda esperanza a los pacientes y sus familias que enfrentan esta enfermedad desafiante”, dijo el Dr. Truty. “Es alentador ver cómo los avances en los análisis genéticos están ayudando directamente a nuestros pacientes”.
La medicina personalizada en oncología continúa avanzando gracias a estudios como este. La posibilidad de predecir la agresividad de un tumor con una muestra de sangre o fluido peritoneal no solo representa un hito clínico, sino también un paso hacia una atención más humana, precisa y efectiva para quienes enfrentan uno de los cánceres más complejos de tratar.
*En la creación de este texto se usaron herramientas de inteligencia artificial.
Foto: Kaboompics.com