Cuando las emociones se vuelven abrumadoras, el agotamiento emocional puede convertirse en una carga difícil de manejar.
El agotamiento emocional es una respuesta común ante el estrés constante de los desafíos personales y sociales. Jolene Hanson, asistente social, psiquiatra y psicóloga del Sistema de Salud de Mayo Clinic en Mankato, Minnesota, explica que este estado puede surgir por una acumulación de factores, como el estrés laboral, las dificultades económicas, el cuidado de otras personas, la enfermedad crónica o el duelo por la pérdida de un ser querido.
El mundo actual, con su constante flujo de noticias cargadas de conflictos y adversidades, puede amplificar estas sensaciones. Este agotamiento no solo afecta las emociones, sino también el cuerpo y el desempeño diario.
¿Qué es el agotamiento emocional?
El agotamiento emocional se desarrolla cuando enfrentamos estrés persistente o eventos adversos sin la oportunidad de recuperar el equilibrio emocional. Este estado puede manifestarse en tres ámbitos principales: emocional, físico y en el rendimiento.
Síntomas emocionales comunes:
- Ansiedad, apatía y depresión.
- Sensación de desesperanza o impotencia.
- Irritabilidad, nerviosismo o pensamientos negativos.
- Falta de motivación, enfoque o memoria.
- Tendencia a llorar con frecuencia.
Síntomas físicos frecuentes:
- Fatiga crónica y dolores de cabeza.
- Alteraciones en el apetito.
- Problemas estomacales, como náuseas.
- Mal descanso o tensión muscular.
Impacto en el rendimiento diario:
- Dificultad para cumplir con las tareas habituales.
- Retrasos en entregas y aumento de ausencias laborales.
- Aislamiento y desinterés en compromisos.
Cómo afrontar el agotamiento emocional
La clave para lidiar con el agotamiento emocional es identificar los factores de estrés que pueden reducirse o eliminarse. Para aquellos que no se pueden controlar directamente, Hanson sugiere enfocarse en el momento presente y en los aspectos positivos o neutros que nos rodean. Este cambio de enfoque ayuda a reducir las hormonas del estrés que el cuerpo produce en situaciones percibidas como amenazas.
Además, existen estrategias prácticas que pueden marcar una gran diferencia:
- Adoptar una dieta equilibrada: Una alimentación variada que incluya todos los grupos alimenticios proporciona energía y bienestar a lo largo del día.
- Reducir la exposición a las noticias negativas: Aunque es importante mantenerse informado, el consumo excesivo de noticias alarmantes puede exacerbar el estrés. Limitar la exposición a estos contenidos puede ayudar a preservar la calma emocional.
- Incorporar ejercicio físico: La Organización Mundial de la Salud recomienda al menos 150 minutos de actividad física moderada a la semana. Más allá de mejorar la salud física, el ejercicio regular tiene un impacto positivo en el estado de ánimo.
- Reformular pensamientos inútiles: Identificar patrones de pensamiento negativos y reemplazarlos por enfoques más equilibrados puede transformar la percepción de las circunstancias y aliviar la carga emocional.
- Realizar actividades placenteras: Dedicar tiempo diario a algo que disfrute, como cocinar, escuchar música o practicar un pasatiempo, refuerza la energía emocional y favorece el bienestar.
La importancia de buscar ayuda profesional
Si los síntomas persisten o interfieren significativamente con la vida diaria, es fundamental consultar a un profesional de la salud mental. Estos expertos pueden ayudar a identificar las causas subyacentes del agotamiento emocional y elaborar un plan personalizado para recuperar el equilibrio.
Para recibir información y orientación, llama de forma gratuita a la Línea 113 Salud, disponible las 24 horas del día, todos los días del año, desde cualquier teléfono fijo o celular a nivel nacional y elige la opción 5.
*En la creación de este texto se usaron herramientas de inteligencia artificial.