Suman 190 los modelos de lenguaje generativos registrados antes las autoridades chinas. Probamos un grupo de estos y compartimos las evaluaciones.
Por Juan Carlos Luján, colaborador.
La lucha por el dominio de la inteligencia artificial se ha convertido en un campo de batalla entre dos grandes potencias: Estados Unidos y China. Mientras que de EE.UU. conocemos bastante, el gigante asiático sigue siendo un enigma en muchos aspectos, especialmente en los productos tecnológicos que desarrolla.
Con 190 modelos de lenguaje generativo registrados ante la Administración del Ciberespacio de China (CAC), queda claro que este país lidera una revolución tecnológica que está transformando la comunicación y la productividad a nivel global.
Hoy, gracias a modelos que pueden operar en español (utilizando el traductor del navegador), podemos explorar más de cerca el potencial de esta superpotencia tecnológica, que además ha captado la atención de los peruanos con proyectos como la construcción del puerto de Chancay.
MEDIDAS PROMOVIDAS POR EL PCCH
Desde julio del 2023, China implementó regulaciones específicas para la gestión de la IA generativa, promovidas por el Comité Central del Partido Comunista. Estas normas no solo buscan garantizar un desarrollo seguro y ético, sino también fomentar la independencia tecnológica en la investigación de chips y algoritmos.
Lo interesante es que, pese a la estricta regulación interna, muchas de estas herramientas están abiertas al mundo. Algunos modelos permiten registrarse con un número móvil internacional, mientras que otros exigen una cuenta en WeChat, la popular plataforma de mensajería china.
MODELOS BAJO LA LUPA
En este contexto, he tenido la oportunidad de probar tres modelos de lenguaje generativo que han superado mis expectativas: Qwen, Deepseek y ChatGLM. Cada uno tiene características únicas, pero es ChatGLM el que destaca por su versatilidad. Este modelo multimodal no solo permite buscar información en fuentes chinas en tiempo real, sino también interpretar gráficos, generar imágenes y videos, e incluso crear presentaciones en PowerPoint.
Estas funcionalidades lo convierten en una herramienta poderosa, especialmente para profesionales que buscan soluciones prácticas, gratuitas y de código abierto.
Además de estos, modelos como Kling AI y Flux sobresalen en la creación de contenido visual. Este ecosistema en constante expansión no es casualidad: refleja el interés estratégico de China por equilibrar la innovación acelerada con una regulación efectiva.
LAS RECOMENDACIONES DE QWEN
Uno de los momentos más sorprendentes de mi interacción con estos modelos fue cuando decidí poner a prueba a Qwen con una pregunta compleja: ¿Qué sistema político es mejor para combatir la corrupción y la mediocridad en la clase política? (la nuestra para ser sinceros). Honestamente, pensé que evadiría la respuesta. Pero lo hizo, y con una independencia que me dejó pensando.
Qwen sugirió que una democracia liberal bien regulada, como las de Corea del Sur y Singapur, podría ser la mejor opción. Argumentó que estos sistemas cuentan con mecanismos efectivos de transparencia, rendición de cuentas y eficiencia en la gestión pública. Su análisis fue coherente y profundo, lejos de las respuestas predecibles que esperaba.
TENEMOS QUE ADAPTARNOS
La inteligencia artificial generativa no es solo una tecnología emergente, es una herramienta transformadora que está redefiniendo el trabajo creativo y estratégico. Adaptarnos a su uso no es una opción, sino una necesidad.
En un mundo donde la productividad y la innovación marcan la diferencia, estas herramientas no solo potencian nuestras capacidades, sino que validan trabajos donde la creatividad y la estrategia son esenciales. Aprovechar estas tecnologías no es solo mantenerse al día, es abrir nuevas puertas para destacar en un entorno competitivo.