Especialistas advierten sobre la necesidad urgente de reforzar la seguridad digital, tanto para personas como para empresas, frente al incremento alarmante de delitos cibernéticos en el país.
La amenaza de los delitos cibernéticos es cada vez más evidente y preocupante en el Perú. Según cifras del Sistema Informático de Denuncias Policiales (Sidpol), solo entre enero y febrero de este año se han reportado más de 6.000 denuncias por delitos informáticos, una tendencia que continúa en ascenso si se compara con las 42.000 denuncias registradas durante todo el 2024, lo que representa un incremento de casi el 40% respecto al año anterior.
Este panorama pone en evidencia la creciente sofisticación y frecuencia de los ataques digitales que afectan tanto a usuarios individuales como a organizaciones. “A pesar de que en el Perú estos delitos están regulados por la Ley 30096, que establece sanciones para el acceso ilícito, la afectación a la integridad de datos y los fraudes informáticos, los operadores de justicia enfrentan grandes desafíos debido a la complejidad técnica de estos casos”, advierte Lizbardo Orellano Benancio, docente de la Maestría en Ciencia Criminalística de la Universidad Norbert Wiener y perito informático del Ministerio Público.
El especialista destaca que los fiscales, jueces y policías necesitan urgentemente formación especializada en informática forense y ciberseguridad, ya que los delincuentes digitales actualizan constantemente sus métodos y herramientas. “Estos delitos son cada vez más sofisticados y difíciles de perseguir”, subraya Orellano.
Ante esta realidad, la prevención y la educación en ciberseguridad son fundamentales. Orellano detalla una serie de medidas prácticas que tanto ciudadanos como empresas pueden adoptar para proteger sus datos personales y corporativos:
- Contraseñas robustas: Utilizar combinaciones de letras, números y caracteres especiales, además de activar la autenticación en dos pasos.
- Precaución con enlaces sospechosos: Evitar hacer clic en correos electrónicos o mensajes de origen desconocido, ya que pueden ser intentos de phishing.
- Redes seguras: No conectarse a redes WiFi públicas sin protección y preferir el uso de redes privadas virtuales (VPN) para cifrar la conexión.
- Actualización constante: Mantener actualizado el sistema operativo y todas las aplicaciones para reducir vulnerabilidades.
- Privacidad en redes sociales: Ajustar la configuración de privacidad y evitar compartir información personal innecesaria.
- Uso de antivirus confiables: Contar con software de seguridad que detecte y bloquee amenazas en tiempo real.
En el ámbito empresarial, el experto sugiere adoptar estándares internacionales como la ISO 27001 y 27002, que ayudan a gestionar la seguridad de la información de manera integral. También recomienda establecer políticas de respaldo de datos periódicos, protegerse contra ataques de ransomware y definir planes de respuesta ante incidentes de ciberseguridad.
“La seguridad de la información debe ser una prioridad ante los avances acelerados del mundo digital. Proteger nuestros datos personales no solo es una cuestión de privacidad, sino también una necesidad para evitar caer en las redes del cibercrimen. La prevención es la mejor defensa ante estas amenazas”, concluye Orellano.
El panorama actual refuerza la urgencia de que tanto usuarios como empresas adopten medidas proactivas para blindar su información y minimizar el riesgo de ser víctimas de delitos informáticos, un fenómeno que no muestra signos de desaceleración.
*En la creación de este texto se usaron herramientas de inteligencia artificia