Gracias a un convenio interinstitucional entre el Ministerio del Ambiente y el Instituto Geofísico del Perú, seis distritos de la provincia del Cusco contarán con estudios detallados de sus suelos para enfrentar de manera más efectiva los riesgos sísmicos y las lluvias extremas.

La prevención de desastres naturales en zonas urbanas no puede depender solo de la reacción ante emergencias. Requiere, sobre todo, de planificación sustentada en evidencia científica. Por ello, el Instituto Geofísico del Perú (IGP), entidad adscrita al Ministerio del Ambiente (Minam), comenzará a fines de abril estudios especializados de zonificación geofísica y geotécnica del suelo en seis distritos de la provincia del Cusco.

Esta acción será posible gracias a un convenio de cooperación interinstitucional suscrito entre el IGP y autoridades locales, con el objetivo de reducir la vulnerabilidad estructural de las ciudades ante fenómenos como sismos y lluvias intensas.

El presidente del IGP, Hernando Tavera, fue el encargado de concretar estos acuerdos durante una reunión con alcaldes y funcionarios de los distritos involucrados. En el encuentro participaron Luis Beltrán, alcalde de la Municipalidad Provincial del Cusco; Isabel Valderrama, alcaldesa de Poroy; Sergio Sullca, alcalde de Santiago; Jackelin Jiménez, alcaldesa de San Sebastián; William Peña, alcalde de Wancahq, y Máximo Rimachi, alcalde de San Jerónimo.

“Los acuerdos de colaboración señalan que la última semana de abril se iniciarán los trabajos de campo con especialistas en geotécnica y geofísica con el objetivo de recolectar información sobre la composición del suelo, su morfología y capacidad portante, así como evaluar niveles de amplificación ante la ocurrencia de sismos, espesores de capas y presencia de capas freáticas”, detalló Tavera.

Los estudios permitirán elaborar un mapa de zonificación geofísica y geotécnica conforme a la Norma Técnica de Edificación E.030, que establece los lineamientos de construcción sismorresistente en el Perú. Esta herramienta será crucial para el diseño de nuevas infraestructuras, planes de ordenamiento territorial y catastros urbanos más precisos.

“Conocer las características del suelo sobre el que se desarrollan las áreas urbanas es un aspecto fundamental para la elaboración de catastros; la planificación urbana y la gestión del uso del suelo. Por lo tanto, esta información del IGP va a permitir aportar con conocimiento científico para reducir el riesgo estructural ante sismos en beneficio de la población cusqueña, contribuyendo a la reducción del riesgo de desastres”, añadió el presidente del IGP.

Los trabajos de campo estarán a cargo de profesionales altamente capacitados en geofísica y geotecnia, quienes recorrerán los seis distritos seleccionados para realizar análisis detallados sobre la resistencia del terreno y su comportamiento ante eventos extremos.

Además, las coordinaciones han involucrado reuniones técnicas con especialistas como la arquitecta Eliluz Palomino, gerente del Centro Histórico del Cusco, y el arquitecto Rubén Pumayali, director de la Dirección de Catastro de la Municipalidad Distrital del Cusco. Esta articulación busca fortalecer la producción de información técnica que sirva de base para políticas de crecimiento urbano ordenado y estrategias integradas de gestión del territorio.

Esta iniciativa representa un avance en el uso de la ciencia como herramienta clave para el desarrollo sostenible y la seguridad ciudadana. El lema institucional del IGP, “Ciencia para protegernos, ciencia para avanzar”, cobra aquí especial relevancia: no se trata solo de generar datos, sino de convertirlos en decisiones concretas que beneficien a la población.

En un contexto donde el cambio climático intensifica los eventos extremos y aumenta la presión sobre las infraestructuras urbanas, contar con estudios científicos de calidad es indispensable para actuar con previsión. Cusco, al ser una ciudad con alta densidad poblacional y un patrimonio histórico invaluable, requiere una base técnica sólida para construir su futuro con resiliencia.

Con este tipo de acciones, el Minam y el IGP demuestran que el trabajo colaborativo entre ciencia y gestión pública puede generar impactos tangibles, especialmente cuando se enfoca en proteger la vida y el bienestar de las personas. La información obtenida en este proceso no solo beneficiará a los seis distritos involucrados, sino que servirá como modelo para otras regiones del país con condiciones de riesgo similares.

*En la creación de este texto se usaron herramientas de inteligencia artificial.

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