Investigación internacional pionera, liderada por el Ingemmet, revela detalles clave sobre la composición del suelo en el centro histórico de Cusco, contribuyendo a la protección del patrimonio y la gestión del riesgo sísmico.
La ciudad de Cusco, conocida como la Capital arqueológica de América, es un tesoro histórico donde convergen las construcciones coloniales y la arquitectura incaica. Sin embargo, su ubicación en una zona de alta actividad sísmica representa un desafío para la preservación de su invaluable patrimonio. Frente a esta realidad, un equipo internacional de investigadores ha llevado a cabo un estudio inédito sobre las características del subsuelo en el centro histórico de la ciudad, con el objetivo de fortalecer las estrategias de mitigación de riesgos ante sismos.
El estudio ha sido desarrollado por el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet) en colaboración con el Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD) y el Centro de Estudios sobre Riesgos, Medio Ambiente, Movilidad y Desarrollo (Cerema) de Francia. «Aplicamos tecnologías modernas para comprender mejor cómo respondería el terreno ante un sismo», explica el PhD. Carlos Benavente, investigador del Ingemmet. «Este tipo de estudios contribuye a la planificación urbana, la protección de la población y el resguardo del patrimonio cultural«.
Técnicas avanzadas para un análisis preciso
Para la realización del estudio se utilizaron métodos geológicos convencionales complementados con técnicas geofísicas pasivas, como MHVSR y MAM, las cuales permitieron analizar las vibraciones naturales del suelo sin generar alteraciones en el entorno urbano. Además, se realizaron registros del gas radón, una metodología no invasiva que brinda información sobre la estructura geológica subyacente. «Estas metodologías no invasivas nos permiten estudiar el subsuelo en zonas urbanas sin afectar su dinámica cotidiana», detalla el PhD. Benavente.
Hallazgos clave sobre la estructura del subsuelo
Los datos obtenidos revelaron variaciones significativas en el espesor de los sedimentos en el centro histórico de Cusco, que van desde los 30 metros en el sector norte hasta los 120 metros en el sur. Esta información es crucial para la planificación urbana y la implementación de medidas de mitigación del riesgo sísmico.
Otro hallazgo relevante fue la identificación de diferencias en la composición del subsuelo entre el lado norte y sur del centro histórico. «Se detectó una discontinuidad geológica profunda que influye en la respuesta sísmica del terreno y cuyo recorrido coincide con la falla de Cusco», indica el PhD. Andy Combey del IRD. Estos datos proporcionan información clave para mejorar la evaluación del peligro sísmico en la ciudad.
Hacia una mejor gestión del riesgo sísmico
Los resultados de este estudio representan un primer paso hacia la microzonificación sísmica de Cusco, un proceso que permitiría categorizar las zonas de la ciudad según su nivel de susceptibilidad ante sismos. Esta clasificación sería fundamental para el diseño de estrategias de construcción y conservación del patrimonio. «Este tipo de trabajo debe contribuir a una planificación urbana más sostenible en la cuenca del Cusco», enfatiza el PhD. Combey.
Los investigadores también resaltan la importancia de establecer un sistema de monitoreo a largo plazo del subsuelo, lo que permitiría analizar factores como la variación del nivel del agua subterránea y su impacto en la respuesta del terreno ante sismos.
«Este trabajo refleja el compromiso de la comunidad científica y las instituciones por generar conocimiento aplicado a la gestión del riesgo de desastres y la conservación del patrimonio cultural del Perú y el mundo», concluye el PhD. Benavente.
*En la creación de este texto se usaron herramientas de inteligencia artificial.