Científicos del CNIC han demostrado que la empagliflozina protege el corazón de la toxicidad de las antraciclinas, fármacos usados en tratamientos contra el cáncer. Este hallazgo abre nuevas posibilidades para prevenir la insuficiencia cardíaca en pacientes oncológicos.
Un estudio reciente del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) ha demostrado que el uso de empagliflozina, un inhibidor del cotransportador sodio-glucosa tipo 2 (SGLT2), protege al corazón de los efectos tóxicos de las antraciclinas, una clase común de medicamentos contra el cáncer. Esta investigación, publicada en «JACC: CardioOncology», abre nuevas perspectivas para prevenir la cardiotoxicidad asociada a estos tratamientos.

Las antraciclinas son fármacos de primera línea en el tratamiento de diversos tipos de cáncer. Sin embargo, aproximadamente el 5% de los pacientes que reciben estos medicamentos experimentan cardiotoxicidad severa, lo que puede derivar en insuficiencia cardíaca crónica.
El Dr. Borja Ibáñez, director científico del CNIC, cardiólogo en el Hospital Fundación Jiménez Díaz y líder del grupo en el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV), señala: «Aunque la cardiotoxicidad de las antraciclinas se conoce desde hace décadas, las terapias preventivas efectivas han sido escasas debido al conocimiento limitado de los mecanismos involucrados».
En este estudio, el equipo del CNIC administró una dosis diaria de 20 mg de empagliflozina a un modelo experimental porcino tratado con antraciclinas. Los resultados mostraron que la función contráctil del corazón se mantenía y el metabolismo del músculo cardíaco estaba protegido. Para evaluar la función cardíaca, se emplearon técnicas avanzadas de diagnóstico, incluyendo resonancia magnética y espectroscopia.
El Dr. Valentín Fuster, director general del CNIC y coautor del estudio, comenta: «El uso de tecnologías de vanguardia con aplicaciones clínicas aporta un valor traslacional significativo a este estudio. En el CNIC estamos comprometidos con el uso de tecnologías avanzadas para generar hallazgos que puedan ser transferidos rápidamente a los pacientes».

El mecanismo protector de la empagliflozina identificado en el estudio implica un aumento en el consumo de cuerpos cetónicos por parte del miocardio. Esto preserva la producción de ATP (adenosina trifosfato, la principal fuente de energía en las células) y la función mitocondrial. El Dr. Ibáñez explica: «El tratamiento con empagliflozina protege el corazón al abordar directamente los procesos metabólicos afectados por la terapia contra el cáncer».
Danielle Medina-Hernández, primera autora del estudio, enfatiza: «Nuestra investigación demuestra que la empagliflozina previene alteraciones estructurales en los cardiomiocitos, como la atrofia celular y el daño en el ADN. Estos resultados subrayan el potencial de los inhibidores de SGLT2 no solo en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca, sino también como terapia preventiva en pacientes con cáncer que reciben tratamientos asociados con efectos secundarios cardiovasculares severos».
Medina-Hernández, cuyo proyecto doctoral en el laboratorio del Dr. Ibáñez está respaldado por una beca INPhINIT de la Fundación La Caixa, es un ejemplo del talento internacional que el CNIC atrae para impulsar la excelencia en la investigación científica.
Este estudio, financiado por la Comisión Europea (ERC-CoG 819775), el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades de España y el gobierno regional de la Comunidad de Madrid, abre el camino a nuevos ensayos clínicos en pacientes de alto riesgo.
El CNIC es un centro afiliado al Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), una agencia ejecutiva del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades de España. Dirigido por el Dr. Valentín Fuster, el CNIC se dedica a la investigación cardiovascular y a la traducción del conocimiento adquirido en beneficios reales para los pacientes. El centro ha sido reconocido por el gobierno español como un centro de excelencia Severo Ochoa. Está financiado a través de una asociación público-privada pionera entre el gobierno (a través del ISCIII) y la Fundación Pro-CNIC, que reúne a 11 de las empresas privadas más importantes de España.
*En la creación de este texto se usaron herramientas de inteligencia artificial.
Foto principal: ready made
Fuente: JACC CardioOncology