Aunque el cáncer de cuello uterino es prevenible y tratable si se detecta a tiempo, en Perú solo uno de cada diez casos es diagnosticado oportunamente. Expertos llaman a mejorar el acceso al tamizaje y a promover el uso de pruebas y vacunas disponibles.

Cada tres horas, una mujer muere en Perú a causa del cáncer de cuello uterino. Este tipo de cáncer, estrechamente relacionado con la infección persistente del Virus del Papiloma Humano (VPH), es altamente prevenible, pero las cifras siguen siendo alarmantes: en el primer semestre de 2024, apenas el 10,6% de los casos fueron detectados a tiempo, según datos del Ministerio de Salud (MINSA).

“El cáncer de cuello uterino no presenta síntomas en sus primeras etapas, lo que hace que la detección temprana sea crucial. Por ello, es importante que las mujeres acudan a realizarse sus chequeos preventivos para diagnosticar a tiempo esta enfermedad y tomar medidas antes de que se convierta en un cáncer avanzado», señala Gianina Orellana, presidenta de la organización Por Un Perú Sin Cáncer.

Cada día, ocho mujeres pierden la vida por esta enfermedad en el país, una realidad que podría cambiar con medidas simples y accesibles. La clave está en tres pilares: educación, vacunación y tamizaje.

¿Qué métodos de prevención existen en Perú?

La lucha contra el cáncer de cuello uterino pasa por el uso efectivo de tecnologías preventivas disponibles tanto en el sistema público como privado. Según el Dr. Juan Manuel Tovar, ginecólogo de Por Un Perú Sin Cáncer, estos son los principales métodos de detección y prevención que pueden marcar la diferencia:

  • Papanicolaou (PAP). Es el método más utilizado y está disponible en centros de salud públicos y privados. El MINSA recomienda que las mujeres se realicen esta prueba periódicamente a partir de los 21 años o tres años después de haber iniciado su vida sexual. El examen consiste en tomar una muestra de células del cuello uterino para analizarlas en busca de cambios que podrían derivar en cáncer. Si bien es una prueba sencilla, muchas veces las mujeres no acceden a ella por desinformación o falta de tiempo.
  • Vacuna contra el VPH. Una herramienta poderosa y segura que está incluida en el esquema regular de vacunación del MINSA. Se administra en una dosis única a niñas y niños desde los 9 hasta los 18 años. En el sector privado, también está disponible para mujeres y varones adultos. Vacunarse antes del inicio de la vida sexual maximiza la eficacia de la inmunización, ya que previene las infecciones por los tipos de VPH de alto riesgo que causan el 70% de los casos de cáncer cervical.
  • Prueba molecular de VPH. Este examen, más avanzado que el PAP, detecta el ADN del virus del papiloma humano de alto riesgo incluso cuando no hay lesiones visibles. Es más precisa para identificar infecciones persistentes que podrían evolucionar hacia un cáncer. Está disponible en algunos centros de salud públicos y privados del país, y se recomienda especialmente para mujeres a partir de los 30 años. Su uso permite intervenciones más tempranas y eficaces.

Una alianza para facilitar el tamizaje

Como parte de los esfuerzos por mejorar el acceso a diagnósticos oportunos, la organización Por Un Perú Sin Cáncer, en alianza con el Centro Obstétrico Especializado Sandra Br y, ha habilitado su sede en Lima Norte para ofrecer despistajes completos a un precio solidario de S/ 35,00.

El paquete incluye la prueba de Papanicolaou, un examen clínico de mama y la evaluación de ganglios linfáticos, tres pasos fundamentales en la detección precoz de distintos tipos de cáncer. Para acceder al servicio, las personas interesadas pueden agendar una cita enviando un mensaje directo al perfil oficial de Instagram: @porunperusincancer.

Desigualdades y retos en salud pública

La baja tasa de detección temprana también refleja brechas persistentes en el acceso a la salud, especialmente en regiones alejadas de Lima. Falta de infraestructura, personal capacitado, campañas educativas continuas y acceso a pruebas modernas siguen siendo desafíos pendientes. Además, persisten mitos y temores alrededor del Papanicolaou y la vacuna contra el VPH. Muchas mujeres aún creen que la prueba es dolorosa o innecesaria si no tienen síntomas, mientras que algunos padres se muestran reacios a vacunar a sus hijos por desinformación.

Combatir estos prejuicios requiere estrategias de comunicación pública efectivas, así como un compromiso estatal para ampliar y descentralizar los servicios de tamizaje y vacunación.

Desde el ámbito médico y comunitario, las voces coinciden en que la prevención es la herramienta más poderosa para enfrentar el cáncer de cuello uterino. Con exámenes asequibles, vacunas disponibles y conocimiento adecuado, se puede evitar que más mujeres sigan perdiendo la vida por una enfermedad prevenible. “Tenemos las herramientas, solo falta que la población las use y que el Estado refuerce su presencia donde más se necesita”, concluye el Dr. Juan Manuel Tovar.

*En la creación de este texto se usaron herramientas de inteligencia artificial.

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