Si no se trata a tiempo, el hipotiroidismo durante el embarazo puede generar serios problemas de desarrollo neurológico en el bebé, así como bajo peso al nacer y partos prematuros. Expertos alertan sobre la importancia de un diagnóstico precoz.
Durante el embarazo, el cuerpo de la mujer se transforma profundamente para dar lugar a una nueva vida. Entre los múltiples cambios fisiológicos que ocurren en esta etapa, el equilibrio hormonal es clave para un desarrollo fetal saludable. Una de las hormonas más importantes en este proceso son las hormonas tiroideas, cuya producción adecuada es vital desde los primeros días de gestación.
El hipotiroidismo gestacional —una condición en la que la glándula tiroides no produce suficientes hormonas— puede pasar desapercibido en sus primeras fases, pero sus consecuencias pueden ser graves si no se detecta y trata oportunamente. Según el Seguro Social de Salud (EsSalud), entre el 3% y 5% de las gestantes en el Perú presentan alteraciones en la función tiroidea.
El Dr. Jesús Rocca, presidente de la Sociedad Peruana de Endocrinología, advierte que “muchas veces el hipotiroidismo durante el embarazo pasa desapercibido porque sus síntomas pueden confundirse con los propios de la gestación. Por eso, es clave que toda mujer embarazada se realice una evaluación de la función tiroidea en el primer trimestre para así detectar y tratar a tiempo esta condición que puede marcar una gran diferencia en el desarrollo del bebé y en la salud de la madre”.
¿Por qué es tan importante la función tiroidea durante la gestación?
Las hormonas tiroideas no solo regulan el metabolismo materno, sino que también son fundamentales para el desarrollo neurológico del feto. Esta necesidad es especialmente crítica durante el primer trimestre, etapa en la que el bebé aún no produce sus propias hormonas y depende exclusivamente de las que le provee su madre.
La deficiencia de estas hormonas puede afectar la maduración del cerebro, la formación del sistema nervioso y hasta el funcionamiento del corazón del feto. Si la condición no se diagnostica y no se trata a tiempo, puede conllevar consecuencias irreversibles.
Principales riesgos del hipotiroidismo no tratado durante el embarazo
Los especialistas identifican dos consecuencias principales del hipotiroidismo gestacional no tratado:
- Retraso en el desarrollo cerebral y cognitivo: Está ampliamente documentado que las hormonas tiroideas son fundamentales para el crecimiento y maduración del cerebro fetal. Su déficit puede resultar en daño neurológico permanente, disminución del coeficiente intelectual y dificultades en el aprendizaje.
- Bajo peso al nacer y parto prematuro: Los bebés de madres con hipotiroidismo mal controlado o sin tratar tienen mayor probabilidad de nacer antes de tiempo o con un peso por debajo de lo esperado. Estas condiciones aumentan los riesgos médicos inmediatos tras el nacimiento, así como posibles secuelas en el desarrollo físico y mental durante la infancia.
Una condición silenciosa pero prevenible
Uno de los mayores desafíos del hipotiroidismo en el embarazo es su naturaleza silenciosa. Síntomas como cansancio, piel seca, caída de cabello o aumento de peso leve pueden confundirse fácilmente con manifestaciones normales del embarazo. Por eso, muchos casos no son diagnosticados hasta que ya han comenzado a causar efectos negativos.
El llamado de los endocrinólogos y obstetras es claro: toda mujer que esté planificando un embarazo, o que ya se encuentre gestando, debe realizarse pruebas de función tiroidea. Un simple análisis de sangre puede detectar si existe alguna disfunción y permitir actuar con rapidez.
El tratamiento del hipotiroidismo durante el embarazo es seguro y eficaz, generalmente basado en la administración controlada de levotiroxina, una hormona sintética que reemplaza la que el cuerpo no está produciendo en cantidad suficiente. Este tratamiento no solo protege el desarrollo del bebé, sino que también mejora la calidad de vida de la madre durante la gestación.
Recomendaciones clave para mujeres embarazadas o que buscan concebir
- Solicitar una evaluación de la función tiroidea al inicio del embarazo (idealmente en el primer trimestre).
- Informar al médico si se tiene antecedente personal o familiar de enfermedades tiroideas.
- Estar alerta a síntomas persistentes como fatiga excesiva, intolerancia al frío, lentitud mental o física, y caída del cabello.
- No suspender el tratamiento sin supervisión médica.
- Mantener controles regulares durante toda la gestación, incluso si ya se tiene diagnóstico y tratamiento.
Una acción que puede marcar una vida
Detectar y tratar a tiempo el hipotiroidismo gestacional no solo evita complicaciones médicas inmediatas, sino que tiene un impacto directo en la calidad de vida futura del niño. Las decisiones que se toman durante los primeros meses de embarazo pueden prevenir déficits cognitivos y físicos, y permitir que cada bebé tenga el mejor inicio posible.
En un contexto donde la salud pública busca optimizar el bienestar materno-infantil, reforzar el control tiroideo desde la planificación del embarazo representa una medida de gran impacto con costos accesibles y beneficios inmensos. La información y la prevención son, una vez más, nuestras mejores herramientas.
*En la creación de este texto se usaron herramientas de inteligencia artificial.