Un menor de 10 años sobrevivió a graves quemaduras tras un accidente en mototaxi, gracias a 14 cirugías de injertos de piel realizadas en el INSN San Borja. El Instituto Nacional de Salud del Niño San Borja usó alta tecnología médica y un enfoque integral para salvarle la vida al niño, afectado en más del 50% de su cuerpo

En una intervención médica de alto nivel y gran complejidad, el Instituto Nacional de Salud del Niño San Borja (INSN San Borja) logró salvar la vida de un niño de 10 años que sufrió quemaduras graves tras un accidente ocurrido en Lurín. El menor fue sometido a un total de 14 cirugías de injertos de piel —entre autoinjertos, piel de cadáver y piel de porcino— para tratar extensas y profundas lesiones en su cuerpo.

El trágico incidente ocurrió la noche del 19 de diciembre de 2024, cuando Mijael C.H., entonces de 9 años, regresaba a casa con su padre luego de comprar su regalo de Navidad en Gamarra. Ambos viajaban en una mototaxi que, tras un aparatoso accidente, se incendió envolviéndolos en llamas. Si bien los dos resultaron con heridas graves, Mijael llevó la peor parte. Ese mismo día fue trasladado de emergencia al INSN San Borja, donde comenzó un largo proceso de recuperación.

“Mi hijo es un milagro y estoy agradecida a todos los que lucharon por salvar su vida”, declaró Yacory Huamán, madre del menor, al recibir el alta médica de su hijo. La historia de Mijael no solo refleja el dolor de una familia sino también el compromiso y la capacidad del sistema de salud pública especializada en pediatría en el Perú.

Un trabajo médico de alto nivel

El menor permaneció internado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del INSN San Borja, donde recibió ventilación mecánica y su estado fue considerado de pronóstico reservado durante semanas. Durante más de dos meses y medio, un equipo multidisciplinario de médicos, enfermeras y especialistas aplicó una variedad de tratamientos que incluyeron procedimientos quirúrgicos altamente especializados y el uso de tecnología de punta.

Entre los recursos aplicados destacan la técnica Meek, que permite expandir pequeñas porciones de piel para cubrir áreas más grandes, y la hidrocirugía con el sistema Versajet, una herramienta que permite una limpieza quirúrgica precisa en quemaduras de segundo grado. Además, se utilizaron plaquetas y diferentes tipos de injertos cutáneos, como piel de cadáver y piel de cerdo, fundamentales en el proceso de cicatrización.

Mijael también recibió atención integral complementaria, como terapia del dolor, rehabilitación física y respiratoria, soporte nutricional y atención emocional. Todo ello fue clave en el proceso de recuperación funcional y emocional del menor.

Más de 35 ingresos al quirófano

Durante sus más de cinco meses de hospitalización, el menor ingresó más de 35 veces a sala de operaciones, tanto para los injertos como para limpiezas quirúrgicas y curaciones profundas. La persistencia y respuesta positiva del paciente a los tratamientos fueron determinantes para su recuperación.

Una vez superada la fase crítica en UCI, Mijael fue derivado al área de hospitalización para continuar su rehabilitación. El tratamiento completo, desde la atención de emergencia hasta las múltiples cirugías y terapias, fue cubierto en su totalidad por el Seguro Integral de Salud (SIS), demostrando la relevancia del acceso gratuito a atención especializada en salud pública.

Centro de referencia para quemaduras pediátricas

El INSN San Borja es el único centro del Ministerio de Salud que realiza tratamiento especializado del gran quemado pediátrico. Sus instalaciones incluyen una UCI pediátrica, centro quirúrgico, servicios de hospitalización, rehabilitación integral y confección de prendas elásticas que ayudan en el proceso de cicatrización y adaptación.

Cada año, este centro recibe entre 300 y 400 casos de niños con quemaduras, la mayoría de los cuales son menores de 5 años. El 65% de estos casos son provocados por líquidos calientes, seguidos por quemaduras causadas por fuego, descargas eléctricas y pirotécnicos.

Esta preocupante estadística pone en evidencia la necesidad urgente de campañas de prevención en el hogar y la comunidad, así como de una mayor vigilancia sobre los peligros asociados a medios de transporte inseguros, como las mototaxis.

Prevención y responsabilidad

El caso de Mijael sirve como un poderoso recordatorio de lo vulnerables que pueden ser los niños ante accidentes prevenibles. También pone en valor la existencia de centros especializados como el INSN San Borja, que pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte, o entre una recuperación funcional y una discapacidad de por vida.

Además, resalta la importancia del fortalecimiento de los sistemas de salud pública y la implementación de políticas que aseguren el acceso gratuito y de calidad a la atención médica para los sectores más vulnerables, especialmente en casos críticos como este.

La historia de este niño y la respuesta médica que recibió no solo es un testimonio de resiliencia humana, sino también un ejemplo de la capacidad profesional y tecnológica de los servicios pediátricos especializados en el Perú.

*En la creación de este texto se usaron herramientas de inteligencia artificial.

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