El auge de las energías renovables y la urgencia por frenar el cambio climático han disparado la demanda global de ingenieros especializados en energía. Esta carrera se perfila como una de las más estratégicas y con mayor proyección profesional en las próximas décadas.

La transformación energética del planeta ya está en marcha. A medida que los países buscan alternativas más limpias, eficientes y sostenibles para sustituir los combustibles fósiles, se intensifica la necesidad de contar con profesionales capaces de diseñar, implementar y liderar estos procesos. En ese escenario, la carrera de Ingeniería de la Energía aparece como una de las más prometedoras del presente y del futuro.

De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía (AIE), el número de empleos en el sector de energías renovables podría superar los 85 millones a nivel mundial para el 2030. Esta cifra refleja el dinamismo de un sector que avanza impulsado por la inversión en tecnologías limpias como la solar, la eólica, la hidroeléctrica y la biomasa.

El desafío no es menor. El mundo no solo necesita generar energía sin contaminar, sino también hacerlo con eficiencia, seguridad y equidad. En este contexto, el rol del ingeniero en energía se vuelve crucial.

“La creciente demanda de energía sostenible está impulsando la necesidad de ingenieros que puedan desarrollar y gestionar infraestructuras energéticas limpias, sostenibles y eficientes”, sostiene Eunice Villicaña, directora de la carrera de Ingeniería de la Energía de la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC). “Los ingenieros de la energía en las próximas décadas cumplirán un rol esencial frente a los desafíos de la transición energética, en los que el Perú se verá también involucrado”, añade.

Pero, ¿por qué esta carrera se proyecta con tanto futuro? A continuación, algunas razones clave:

  • Transición hacia energías renovables. El abandono progresivo de los combustibles fósiles está generando un giro estructural en el sector energético. Las nuevas inversiones apuntan a energías limpias como la solar y la eólica, y es precisamente la ingeniería de la energía la encargada de hacerlas viables técnica y económicamente.
  • Eficiencia energética. Más allá de producir energía, se trata de optimizar su uso. Los ingenieros de esta especialidad se encargan de mejorar sistemas y procesos para reducir pérdidas y elevar el rendimiento energético, lo que se traduce en menos emisiones y menores costos.
  • Innovación tecnológica. La carrera se sitúa en el corazón de los avances tecnológicos aplicados a la energía: redes inteligentes, baterías de almacenamiento de alto rendimiento, captura de carbono, generación distribuida, entre otros. Innovar es parte esencial de su formación.
  • Cambio climático y políticas internacionales. La urgencia por reducir las emisiones de carbono está en la agenda global. Acuerdos como el de París establecen compromisos concretos de descarbonización que solo pueden cumplirse con profesionales capacitados para hacer realidad esos objetivos.
  • Desarrollo de infraestructuras energéticas. La creciente demanda requiere ampliar y modernizar redes eléctricas, plantas de generación y sistemas de distribución. Esta tarea exige un enfoque integral, estratégico y multidisciplinario, donde los ingenieros de energía tienen un papel central.

Una carrera estratégica para el futuro del planeta

Frente a este escenario, la Ingeniería de la Energía no solo es una carrera con alta empleabilidad, sino también una opción para quienes buscan impactar positivamente en el futuro del planeta. La sostenibilidad energética ya no es un deseo, sino una necesidad urgente.

En el Perú, UTEC es una de las instituciones que ha incorporado esta carrera con una visión orientada al futuro. Su propuesta académica incluye el uso de tecnologías emergentes y herramientas de inteligencia artificial aplicadas al sector energético. Según detalla Eunice Villicaña, los egresados de la carrera están siendo bien posicionados en distintos sectores productivos, tanto públicos como privados.

“Formamos profesionales que comprenden los desafíos globales y cuentan con las competencias para afrontarlos con soluciones innovadoras, sostenibles y eficientes”, indica la directora. Y enfatiza: “La ingeniería de la energía será cada vez más protagonista en el desarrollo económico, tecnológico y ambiental de los países”.

El momento para decidir el rumbo profesional es ahora. Y todo indica que quienes opten por esta carrera no solo tendrán un campo laboral en expansión, sino también la posibilidad de formar parte activa de uno de los cambios más importantes de nuestra era: la transición hacia un modelo energético más limpio, resiliente y justo.

*En la creación de este texto se usaron herramientas de inteligencia artificial.

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