El innovador biobanco de organoides salivales desarrollado por investigadores de Mayo Clinic representa un avance crucial en la búsqueda de terapias regenerativas para tratar la xerostomía, un trastorno debilitante que afecta a millones de personas, especialmente tras tratamientos contra el cáncer.
La sequedad bucal crónica, médicamente conocida como xerostomía, es una condición que afecta a millones de personas en el mundo, deteriorando su calidad de vida de forma progresiva y persistente. Esta afección, que se manifiesta como una constante sensación de tener la boca seca y pegajosa, suele ser un efecto secundario de tratamientos contra el cáncer, como la radioterapia en cabeza y cuello. Sin embargo, también puede tener causas más comunes como el envejecimiento, el uso prolongado de ciertos medicamentos, y enfermedades como la diabetes, el Alzheimer, los accidentes cerebrovasculares o el VIH/sida.
Pese a su impacto, actualmente no existe una cura para la xerostomía crónica. Pero esa realidad podría cambiar gracias a un importante desarrollo científico realizado por investigadores de Mayo Clinic: la creación del primer biobanco del mundo de organoides derivados de tejidos de glándulas salivales humanas.
“El acceso limitado a muestras salivales estandarizadas era una de las principales barreras que enfrentábamos en la investigación sobre regeneración de glándulas salivales”, explica el Ph. D. Nagarajan Kannan, autor principal del estudio publicado en la revista NPJ Regenerative Medicine y director del Laboratorio de Biología del Cáncer y Células Madre de Mayo Clinic. “Este nuevo biobanco representa un recurso sin precedentes que permitirá avanzar en el desarrollo de terapias regenerativas personalizadas para tratar la sequedad bucal crónica, sobre todo la inducida por radiación”, agrega.
Los datos son contundentes: casi el 70% de los pacientes con cáncer de cabeza y cuello que reciben radioterapia experimentan daño permanente en sus glándulas salivales. Esto no solo afecta funciones básicas como masticar, hablar o tragar, sino que también provoca complicaciones como caries dentales frecuentes y pérdida del gusto, impactando de forma directa en la nutrición, el sueño y la interacción social.
“La sequedad bucal crónica puede persistir mucho tiempo después de finalizar los tratamientos de radiación. Es una de las principales quejas que escucho de mis pacientes con cáncer de cabeza y cuello. Lamentablemente, no existen muchas terapias disponibles comercialmente para ellos”, advierte el Dr. Jeffrey Janus, coautor del estudio y especialista en otorrinolaringología en Mayo Clinic Florida.
Ante este panorama, el nuevo biobanco no solo proporciona una base de estudio amplia y bien caracterizada, sino que permite abordar líneas de investigación innovadoras. Una de ellas se enfoca en cultivar células regenerativas raras, con el objetivo de regenerar tejido salival dañado o atrofiado. El biobanco ya cuenta con muestras recolectadas de 208 donantes, lo que ha permitido identificar biomarcadores clave de las células productoras de saliva.
Además, el equipo ha elaborado un mapa proteico de alta resolución que revela el origen de las raras células salivares autorrenovables, un avance significativo para entender cómo se podrían estimular estos tejidos a regenerarse en pacientes afectados.
Como parte integral de este trabajo, los investigadores también desarrollaron un modelo de lesión por radiación, el cual, combinado con el biobanco, forma una plataforma integral para probar y diseñar nuevas bioterapias regenerativas personalizadas.
Este trabajo pionero es el resultado de una colaboración interdisciplinaria dentro de Mayo Clinic, que incluye al Centro para Bioterapéutica Regenerativa, el Departamento de Medicina de Laboratorio y Patología y el Departamento de Otorrinolaringología. La unión de estas áreas fortalece las bases para un enfoque clínico más efectivo y con posibilidades de aplicación en el mediano plazo.
Los investigadores confían en que este recurso permita no solo descubrir tratamientos que regeneren las glándulas dañadas, sino también prevenir el deterioro en pacientes que se someterán a radioterapia. Esta visión preventiva y terapéutica a la vez, convierte al biobanco en una herramienta estratégica que puede transformar el futuro de la medicina regenerativa oral.
Por ahora, el equipo continúa expandiendo la colección del biobanco, perfeccionando los modelos de análisis y colaborando con otros centros de investigación para acelerar el paso hacia ensayos clínicos. Si los resultados son positivos, esta innovación podría representar el fin de la xerostomía crónica, un padecimiento que ha sido ignorado durante mucho tiempo, pero que afecta profundamente la vida diaria de quienes lo sufren.
La posibilidad de regenerar glándulas salivales humanas a partir de organoides no es solo un avance técnico, es también una oportunidad de recuperar funciones perdidas, dignidad y bienestar para pacientes que muchas veces no han tenido otra opción que adaptarse a vivir con las consecuencias de su tratamiento contra el cáncer.
Este esfuerzo marca un hito no solo para quienes enfrentan la xerostomía, sino también para el campo más amplio de la medicina regenerativa, abriendo puertas a terapias innovadoras que podrían extenderse a otros órganos y tejidos.
*En la creación de este texto se usaron herramientas de inteligencia artificial.
Foto de Angela Roma