Durante el posparto, muchas mujeres priorizan el bienestar del recién nacido y olvidan atender su propia salud. Un especialista explica qué cuidados son clave para una recuperación completa.

El nacimiento de un bebé suele venir acompañado de felicidad, emoción y una avalancha de atención dirigida al nuevo integrante de la familia. Sin embargo, en medio de ese torbellino de cambios, es común que se descuide un aspecto crucial: la recuperación física y emocional de la madre.

“Ser madre es una experiencia profundamente transformadora, pero también puede ser agotadora”, comenta el Dr. Alberto Díaz, médico especialista en Ginecología y Obstetricia de la Universidad Norbert Wiener. “El cansancio extremo, los cambios hormonales y las molestias físicas hacen que muchas veces se dejen de lado los cuidados personales, justo cuando más se necesitan”.

Con motivo del Día de la Madre, que se celebra este 11 de mayo, el Dr. Díaz brinda una guía práctica con los aspectos más importantes que deben considerarse durante el posparto para garantizar el bienestar integral de la madre.

1. No saltes los controles médicos

Los chequeos postnatales no son una formalidad. Asistir a consultas médicas entre los 7 y 10 días, y luego entre los 30 y 40 días después del parto, es esencial. En estas visitas se evalúan signos vitales, la recuperación del útero, y se pueden detectar a tiempo complicaciones como infecciones o anemia. “Es vital vigilar los loquios —el sangrado natural tras el parto—, observar la episiotomía o la cicatriz de cesárea, y estar atenta a síntomas como fiebre, sangrado abundante o dolor intenso”, señala el especialista.

2. Una higiene personal adaptada a esta etapa

Con un recién nacido en casa, hasta el baño diario puede parecer un lujo. Pero no debe dejarse de lado. Se recomienda mantener una rutina básica de higiene: baño diario completo, mantener el área perineal limpia y seca, cambiar toallas sanitarias cada cuatro horas, y usar hielo o baños de asiento si hay inflamación. Estos cuidados reducen significativamente el riesgo de infecciones y favorecen una buena cicatrización.

3. Descanso, alimentación e hidratación: el trinomio indispensable

El cuerpo necesita recuperarse de un evento tan demandante como el parto. Dormir bien —aunque sea en pequeñas siestas—, comenzar con movimientos suaves para prevenir tromboflebitis, y mantener una dieta rica en proteínas son claves. “Una alimentación balanceada no solo ayuda a sanar, también favorece la producción de leche materna”, indica el Dr. Díaz. Añade que la hidratación no debe pasarse por alto: “Asegurar el acceso a una jarra con agua o un tomatodo durante el día puede marcar la diferencia”.

4. Salud mental: la gran olvidada del posparto

El aspecto emocional del posparto es quizá el más invisibilizado. La mezcla de hormonas, el cansancio y la presión social pueden desencadenar cuadros de ansiedad o tristeza. Algunas madres incluso experimentan el llamado “baby blues”, un estado de tristeza leve que, si se prolonga, puede derivar en depresión postparto. “El apoyo emocional es tan necesario como el físico. Hablar con personas de confianza, compartir emociones y saber pedir ayuda son recursos poderosos”, afirma el especialista.

5. Escucha a tu cuerpo y a tu intuición

Cada madre y cada bebé son distintos. Compararse con otras personas o seguir al pie de la letra lo que se ve en redes sociales puede resultar contraproducente. “Lo más importante es que la madre escuche a su cuerpo y busque ayuda profesional si algo no le parece normal”, concluye el Dr. Díaz. El posparto no debe vivirse como una etapa en solitario ni en silencio. Reconocer las necesidades físicas y emocionales de las madres recientes es un acto de cuidado y respeto. Y aunque los primeros días estén llenos de desafíos, con el acompañamiento adecuado y atención oportuna, la recuperación puede ser plena.

*En la creación de este texto se usaron herramientas de inteligencia artificial.

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