Entre los síntomas asociados a esta enfermedad son la hinchazón, el aumento repentino de peso, los dolores de cabeza y los cambios en la visión.
La preeclampsia es una patología que surge en el embarazo y el posparto. Se caracterizada, principalmente, por una hipertensión arterial. Puede, además, provocar daños en algunos órganos como en el hígado o el riñón. De ahí la importancia de los controles prenatales y la adopción de hábitos saludables como mejorar la alimentación, reducir la ingesta de sal, consumir de seis a ocho vasos de agua al día, evitar alimentos procesados y ejercitarse con regularidad.
Así lo recomienda la doctora Luz María Mercedes Obando Porras, gineco obstetra de la Clínica Stella Maris. “La asistencia a todas las citas prenatales es crucial, incluso para mujeres que no presentan síntomas de preeclampsia”.
En el mundo, la preeclampsia y otros trastornos hipertensivos del embarazo son una de las principales causas de enfermedad y muerte materna y neonatal. La Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene en línea un documento con recomendaciones para la prevención y el tratamiento de la preeclampsia en el siguiente enlace.
Factores de riesgo
Durante el embarazo, realizar al menos seis controles prenatales es esencial para prevenir la preeclampsia, una patología gestacional que puede provocar complicaciones graves tanto para el bebé como para la madre. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) indica que más del 20% de las muertes maternas en la región son causadas por problemas hipertensivos, con la preeclampsia afectando entre el 3 y el 7% de las embarazadas.
Entre los factores de riesgo se encuentran la hipertensión arterial no tratada, el sobrepeso, el sedentarismo, la falta de controles obstétricos, ser menor de 16 años o mayor de 35, o tener antecedentes de preeclampsia o hipertensión en embarazos previos.
