El Instituto Peruano de Energía Nuclear (IPEN) ha relanzado la producción del Samario 153, un radiofármaco clave en la terapia del dolor en pacientes con cáncer avanzado y metástasis óseas. Este avance marca un hito importante para la medicina nuclear terapéutica en el país.
Una solución para mitigar el dolor oncológico
El Samario 153 es esencial para tratar el dolor en pacientes oncológicos terminales, especialmente aquellos con metástasis óseas provocadas por cáncer de mama, próstata y pulmón. Según el Dr. Rolando Páucar Jáuregui, presidente del IPEN, “Dolosam, una solución inyectable que contiene este radioisótopo, logra un alivio efectivo del dolor en el 87% de los casos, mejorando así la calidad de vida de los pacientes”.
La relevancia del Samario 153 radica en sus propiedades terapéuticas como emisor de radiaciones beta y gamma, con alta afinidad por el hueso. Este mecanismo permite reducir el dolor al concentrarse en las zonas de actividad osteoblástica. Como explica la Dra. Rosanna Morales Guzmán Barrón, especialista en Medicina Nuclear del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas, “la eliminación rápida por los riñones y su prolongada retención en los huesos hacen de este radiofármaco una opción ideal para la medicina nuclear terapéutica”.
El impacto de las metástasis óseas en los pacientes oncológicos
Aproximadamente el 75% de los pacientes con metástasis óseas sufren dolores intensos que aumentan con el movimiento y la presión, afectando gravemente su calidad de vida. Este dolor, que suele ser refractario a los analgésicos convencionales, encuentra en el Samario 153 una alternativa eficaz para la paliación. “El uso de este radioisótopo no solo alivia el dolor, sino que también devuelve cierta independencia a los pacientes, quienes suelen estar limitados por el malestar”, afirmó el Dr. Páucar.
El proceso terapéutico se basa en la capacidad del Samario 153 para concentrarse en las áreas afectadas, donde las células osteoblásticas generan hueso nuevo. Este efecto analgésico mejora considerablemente la calidad de vida de quienes enfrentan las etapas avanzadas del cáncer.
El proceso de producción: un esfuerzo de alta tecnología
El relanzamiento del Samario 153 ha sido posible gracias a la moderna Planta de Producción de Radioisótopos del Centro Nuclear del IPEN. Diseñada para producir radiofármacos a escala industrial, esta planta cumple con estrictos estándares internacionales en todas las etapas de fabricación. “Para producir radioisótopos, irradiamos sustancias químicas en el Reactor Nuclear durante varias horas. Posteriormente, estas sustancias son procesadas y purificadas en celdas blindadas, asegurando su calidad y seguridad”, detalló Páucar.
Los radioisótopos obtenidos son sometidos a controles químicos, físicos y biológicos, siguiendo las especificaciones de la Farmacopea Internacional. “Todos nuestros productos cuentan con el respectivo registro sanitario, lo que garantiza su administración segura a los pacientes”, agregó.
El rol de los radioisótopos en la medicina nuclear
El Samario 153 es un ejemplo destacado de los beneficios que los radioisótopos aportan a la medicina nuclear. Estos elementos radiactivos, al ser transformados químicamente, son empleados tanto para diagnósticos como para tratamientos terapéuticos. “Los radioisótopos tienen propiedades físico-químicas similares a los elementos naturales, pero se estabilizan mediante la emisión de energía. Esto los hace útiles en estudios dinámicos, metabólicos y terapias”, explicó el presidente del IPEN.
El resurgimiento de la producción del Samario 153 en el Perú representa un avance significativo en el tratamiento del dolor oncológico, con el potencial de mejorar la calidad de vida de miles de pacientes en el país. Este esfuerzo reafirma el compromiso del IPEN con la investigación y el desarrollo tecnológico en beneficio de la salud.