La comunidad campesina de Picotani, en la provincia de San Antonio de Putina, lidera un innovador esfuerzo por restaurar ecosistemas clave.
En la región altoandina de Puno, el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), junto con aliados como el Centro Internacional de la Papa (CIP) y la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM), está llevando a cabo un proyecto piloto de restauración de pastizales para garantizar alimento sostenible para vicuñas y mejorar la seguridad hídrica.
Este proyecto, parte de la iniciativa “Restauración de ecosistemas altoandinos en cabeceras de cuenca para la seguridad hídrica y servicios ecosistémicos multiuso”, es financiado por la Secretaría Técnica de Coordinación del Grupo Consultivo sobre Investigación Agrícola Internacional (STC–CGIAR). La comunidad campesina de Picotani ha implementado nueve experimentos para analizar y recuperar pastos clave en áreas degradadas.
Especies nativas y tecnología al servicio de la restauración
William Nauray Huari, investigador principal de la dirección de Estudios de Investigación del Serfor, explicó que el equipo utilizó imágenes satelitales y evaluaciones de campo para identificar zonas con distintos niveles de degradación. En colaboración con los especialistas de la Administración Técnica Forestal y de Fauna Silvestre (ATFFS) Puno, seleccionaron especies de pastos favorables para las vicuñas, como Festuca, Cinnagrostis y Nassella, entre otras.
“Estas especies fueron elegidas mediante un estudio agrostológico y en consulta con la comunidad, priorizando aquellas de alto vigor y capacidad de adaptación a las condiciones locales,” destacó Nauray.
Para el proyecto, se establecieron nueve parcelas experimentales de 64 m² cada una, donde los esquejes fueron plantados bajo diferentes tratamientos de abono y con un manejo adecuado al inicio de la temporada de lluvias, lo que optimiza las posibilidades de prendimiento.
Hacia una herramienta técnica replicable
El proyecto incluye un monitoreo constante para evaluar el desarrollo de los pastos y su respuesta a los distintos tratamientos aplicados. Los resultados obtenidos servirán como base para crear una herramienta técnica que pueda aplicarse en otras comunidades campesinas dedicadas al manejo de vicuñas.
“La meta es recuperar las áreas degradadas con especies que formen parte de la dieta de las vicuñas, contribuyendo así a la sostenibilidad de estos ecosistemas y a la mejora de las condiciones de vida de las comunidades,” afirmó Nauray.
Este esfuerzo no solo resalta la importancia de la restauración ecológica, sino también el valor de la colaboración entre ciencia, tecnología y saberes ancestrales.
*En la creación de este texto se usaron herramientas de inteligencia artificial.