La escasez de ingenieros especializados en energía limita el aprovechamiento del vasto potencial renovable del Perú. Voceros del sector advierten sobre la urgente necesidad de formar más profesionales para liderar proyectos sostenibles y transformar la matriz energética del país.

El Perú se encuentra en una encrucijada energética. Con un potencial extraordinario para generar energía renovable, gracias a su geografía diversa, la falta de especialistas en ingeniería energética está frenando el desarrollo de proyectos clave que podrían posicionar al país como líder regional en sostenibilidad.

Según datos del Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (Osinergmin), el país tiene la capacidad de desarrollar alrededor de 70.000 MW en energía hidroeléctrica, 25.000 MW en energía solar, 22,000 MW en energía eólica y 3.000 MW a partir de fuentes geotérmicas. Sin embargo, menos del 5% de la capacidad instalada de generación eléctrica corresponde actualmente a energías renovables no convencionales.

«Contamos con recursos naturales excepcionales para la generación de energía renovable, pero necesitamos profesionales calificados que puedan implementar, gestionar y optimizar estos proyectos. Los ingenieros de la energía son esenciales para integrar estas fuentes en nuestra red eléctrica de manera eficiente y sostenible», explica Eunice Villicaña, directora de la carrera de Ingeniería de la Energía e Ingeniería Mecánica de la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC).

Un déficit que limita el desarrollo

El bajo porcentaje de implementación de energías renovables no convencionales refleja un problema estructural en la formación de talento humano. Actualmente, son pocas las instituciones educativas en el país que ofrecen programas especializados en esta área a nivel de pregrado, lo que dificulta la preparación de una fuerza laboral acorde con las demandas del mercado energético.

“Si bien nuestro país cuenta con profesionales con experiencia en combustibles fósiles y energía hidráulica, la formación de expertos en energías renovables, planificación y eficiencia energética sigue siendo un área aún incipiente y en creciente demanda”, señala Villicaña.

Este déficit de talento tiene un impacto directo en la capacidad del Perú para avanzar hacia una transición energética sostenible. El cambio hacia fuentes de energía más limpias y eficientes no solo requiere inversiones en infraestructura, sino también una reorientación del conocimiento técnico y de las competencias profesionales.

La creciente demanda de ingenieros de la energía

Los expertos proyectan que la demanda de energía renovable aumentará significativamente en los próximos años. Este crecimiento implicará retos técnicos y de gestión que solo podrán ser afrontados por profesionales capacitados en áreas como el diseño de parques eólicos, la planificación de sistemas solares fotovoltaicos y el desarrollo de estudios de eficiencia energética.

«Es importante contarle a la sociedad qué es un ingeniero de la energía y qué hace. Incluso a los escolares les suele costar entender el tema. Por eso, es fundamental comenzar a difundir más información sobre esta carrera y su relevancia para el futuro energético del país», detalla Villicaña.

Además, los ingenieros de la energía desempeñan un papel crucial en la promoción del desarrollo económico sostenible. Sus habilidades les permiten aplicar principios de termodinámica, electricidad, automatización y eficiencia energética para diseñar soluciones innovadoras que optimicen el consumo de recursos en sectores industriales y domésticos.

Beneficios de fortalecer la formación en ingeniería energética

Formar más ingenieros especializados en energía no solo beneficiará al sector energético, sino que tendrá un impacto positivo en la economía y el medio ambiente del país. Entre las principales contribuciones de estos profesionales se encuentran:

  • Diseño y desarrollo de proyectos renovables: Ingenieros de la energía pueden liderar iniciativas como parques eólicos y plantas solares, reduciendo la dependencia de combustibles fósiles.
  • Optimización del consumo energético: A través de estudios de eficiencia, es posible disminuir el desperdicio de energía en industrias y hogares.
  • Adaptación tecnológica: Estos expertos están capacitados para implementar tecnologías avanzadas en la generación y distribución de energía, promoviendo soluciones más sostenibles.

El llamado a la acción: más educación y concienciación

El avance hacia una matriz energética renovable requiere un esfuerzo conjunto entre el sector público, el privado y las instituciones educativas. Es imperativo invertir en programas académicos especializados que formen a las nuevas generaciones de ingenieros de la energía y generar mayor interés entre los jóvenes por carreras relacionadas con el sector energético.

«El Perú tiene un futuro energético prometedor, pero este potencial solo será aprovechado si contamos con el talento necesario para hacerlo realidad», advierte Villicaña. «El sector energético no solo necesita infraestructura, sino también mentes innovadoras que puedan llevarnos hacia un modelo sostenible».

Además, la especialista enfatiza la importancia de sensibilizar a la sociedad sobre el rol estratégico de estos profesionales en la transición energética. Desde las aulas hasta las políticas públicas, es crucial crear un entorno que fomente el desarrollo de talento en ingeniería energética.

Un futuro en construcción

El camino hacia una transición energética exitosa en el Perú depende en gran medida de la capacidad del país para formar y retener talento especializado. Aprovechar recursos como el sol, el viento, el agua y la geotermia no solo contribuirá a la sostenibilidad ambiental, sino que también permitirá reducir costos energéticos y aumentar la competitividad económica.

En palabras de Eunice Villicaña: «El futuro de la energía en el Perú no está solo en los recursos naturales, sino en las personas que podrán gestionarlos de manera eficiente y sostenible. Es momento de priorizar la formación de ingenieros de la energía y asegurar un desarrollo verdaderamente sostenible para el país».

La transición energética no puede esperar. Con inversiones estratégicas en educación y un compromiso renovado con la sostenibilidad, el Perú puede posicionarse como un líder en energías renovables en la región.

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