La prevención del fraude y la educación digital serán claves para una comunidad en línea más segura.

La digitalización ha revolucionado la vida de los peruanos, brindando acceso a nuevas oportunidades financieras, laborales y educativas. Sin embargo, este avance también ha traído consigo un aumento en los riesgos de fraude digital, lo que hace imperativo fortalecer la ciberseguridad y la educación digital. Así lo destaca el estudio «Radiografía de la seguridad digital en Lima: perspectivas para 2025», elaborado por Experian Perú, que analiza las brechas en el conocimiento y comportamiento digital de los limeños.

Según el informe, ataques como el phishing y el uso de inteligencia artificial para engaños sofisticados se han incrementado, mientras que una gran parte de la población aún carece de hábitos básicos de ciberseguridad. Estas vulnerabilidades afectan especialmente a la Generación Z, los adultos mayores y las mujeres, quienes enfrentan mayores riesgos de exclusión digital y fraude.

Principales hallazgos del estudio

1. Mayor conciencia digital, pero persiste la desinformación

El 90 % de los limeños encuestados expresó preocupación por las amenazas digitales, en particular el phishing y los fraudes con inteligencia artificial. Aunque este temor podría aumentar la desconfianza en plataformas digitales, también impulsa la demanda de mejores medidas de seguridad. No obstante, un 44 % de los usuarios reconoce sentirse desinformado, lo que abre una oportunidad para fortalecer la educación en ciberseguridad y finanzas digitales.

2. Deficiencias en los hábitos de ciberseguridad

Los datos revelan que el 67 % de los limeños solo cambia sus contraseñas una vez al año, lo que los deja expuestos a ciberataques. Aún más alarmante es el hecho de que un 89 % nunca ha revisado su historial de crédito, aumentando el riesgo de suplantación de identidad y fraudes financieros. Para 2025, se espera que una mayor concienciación impulse prácticas más seguras, como la revisión regular del historial crediticio y el uso de contraseñas robustas.

3. La Generación Z, blanco principal de los ciberdelincuentes

Los jóvenes entre 18 y 26 años son el grupo más expuesto a fraudes digitales. El estudio muestra que el 67 % de este segmento comparte datos personales en línea sin preocupación, lo que los hace vulnerables a ataques cibernéticos. Como resultado, un 22 % ha sido víctima de phishing, mientras que un 19 % ha sufrido hackeos en sus cuentas personales, cifras superiores a otros grupos etarios. Esto evidencia la necesidad de programas de ciberseguridad específicos para este segmento, que los ayuden a reconocer y evitar estafas.

4. Brechas digitales en adultos mayores y mujeres

Los adultos mayores y las mujeres presentan los mayores índices de desinformación y desconfianza hacia las plataformas digitales. Esta falta de conocimiento no solo limita su participación en la economía digital, sino que también los hace más vulnerables a fraudes. En este sentido, la educación digital será clave para promover una inclusión tecnológica segura en 2025.

Un llamado a la acción: educación y prevención

Para Alfredo Monasi, Pre-Sales Specialist de Experian Perú, el estudio refleja la urgencia de cerrar las brechas de conocimiento digital y promover hábitos de ciberseguridad sólidos.

“La digitalización no solo amplía las oportunidades para los usuarios, sino también para los ciberdelincuentes. Este estudio nos permite identificar las áreas críticas en las que debemos actuar para educar y proteger a los limeños, especialmente a los grupos más vulnerables. Si trabajamos en reducir las brechas de conocimiento y adoptamos medidas como la consulta regular de nuestro historial crediticio, podremos construir una comunidad digital más preparada”, afirmó Monasi.

La educación digital será un pilar fundamental en la lucha contra el fraude. Para combatir estas amenazas, se recomienda:

  • Implementar campañas de concienciación sobre seguridad digital en escuelas, universidades y empresas.
  • Fomentar el uso de contraseñas seguras y autenticación en dos pasos en todas las cuentas digitales.
  • Revisar periódicamente el historial crediticio para detectar actividades sospechosas.
  • Capacitar a adultos mayores y grupos vulnerables en el uso seguro de plataformas digitales.

Monasi concluyó enfatizando la necesidad de actuar de inmediato para construir un entorno digital más seguro: “Proteger nuestra información personal y crediticia, así como educar a las próximas generaciones sobre los riesgos digitales, son pasos esenciales para combatir el fraude. Este estudio evidencia que, aunque aún hay mucho por hacer, las herramientas y estrategias están a nuestro alcance. Si queremos construir una comunidad digital segura, la educación debe ser nuestra prioridad. Es momento de actuar”.

*En la creación de este texto se usaron herramientas de inteligencia artificial.