La investigación destaca la importancia del diagnóstico y tratamiento temprano para la prevención de enfermedades neurológicas.
Un estudio reciente -que se presentará en la Reunión Anual 77 de la Academia Americana de Neurología, a realizarse del 5 al 9 de abril próximo- sugiere que las personas con apnea obstructiva del sueño tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson. Sin embargo, iniciar el tratamiento con presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP) dentro de los dos primeros años tras el diagnóstico de apnea podría disminuir este riesgo.
La apnea obstructiva del sueño es un trastorno en el cual los músculos de la garganta se relajan durante el sueño, bloqueando las vías respiratorias y provocando despertares repetidos para respirar. Este patrón de sueño interrumpido puede reducir los niveles de oxígeno, afectando al cerebro. El tratamiento con CPAP suministra aire presurizado a través de una mascarilla para mantener las vías respiratorias abiertas durante el sueño.
El Dr. Gregory D. Scott, MD, PhD, del Sistema de Salud de Asuntos de Veteranos de Portland en Oregón, y autor principal del estudio, comentó: «La apnea obstructiva del sueño es común y, según investigaciones previas, cuando no se trata, se asocia con un mayor riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular. Aunque nuestro estudio encontró un mayor riesgo de enfermedad de Parkinson, la buena noticia es que las personas pueden hacer algo al respecto, utilizando CPAP tan pronto como se les diagnostique el trastorno del sueño».
Detalles del estudio
Los investigadores revisaron más de 20 años de registros médicos, identificando a cerca de 1,6 millones de veteranos con apnea obstructiva del sueño y casi 10 millones sin el trastorno. Posteriormente, analizaron qué participantes desarrollaron la enfermedad de Parkinson. De aquellos con apnea del sueño, 5.284 personas (3,4%) desarrollaron Parkinson en un plazo de cinco años, en comparación con 37.873 personas (3,8%) sin apnea del sueño. Sin embargo, el Dr. Scott señaló que estas proporciones iniciales podrían estar sesgadas por diferencias en edad, tabaquismo y supervivencia general entre ambos grupos.
Tras ajustar por factores como edad, sexo y hábitos de salud (por ejemplo, el tabaquismo), los investigadores encontraron que entre las personas con apnea del sueño, hubo 1,8 casos más de Parkinson por cada 1.000 personas en comparación con aquellas sin apnea del sueño.
Impacto del tratamiento con CPAP
Del total de participantes con apnea del sueño, el 10% tenía documentado el uso de una máquina CPAP. Estos se dividieron en dos grupos: aquellos que comenzaron a usar CPAP dentro de los dos años posteriores al diagnóstico y aquellos que lo hicieron después de dos años.
Los resultados mostraron tasas similares de Parkinson entre quienes iniciaron CPAP después de dos años y aquellos que no usaron CPAP, con 9,5 y 9,0 casos por cada 1.000 personas, respectivamente. Sin embargo, se observó una tasa más baja de Parkinson entre quienes comenzaron el CPAP temprano, dentro de los dos años posteriores al diagnóstico, con 2,3 casos menos por cada 1.000 personas en comparación con quienes no usaron CPAP.
«Es alentador saber que, aunque la apnea obstructiva del sueño puede aumentar el riesgo de enfermedad de Parkinson, tratarla de inmediato con CPAP puede reducir ese riesgo», afirmó el Dr. Scott. «Se necesitan estudios futuros para seguir de cerca a las personas después de recibir un diagnóstico de apnea del sueño y durante períodos más prolongados».
Limitaciones y futuras investigaciones
Una limitación del estudio fue que, aunque los investigadores pudieron identificar quiénes tenían un dispositivo CPAP, no pudieron determinar si las personas usaban el tratamiento diariamente según lo prescrito. El estudio fue respaldado por la Administración de Veteranos de EE. UU. y el Departamento de Defensa de EE. UU.
Este estudio destaca la importancia de la detección y el tratamiento tempranos de la apnea obstructiva del sueño, no solo para mejorar la calidad del sueño y reducir riesgos cardiovasculares, sino también como una posible medida preventiva contra el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson.
La apnea del sueño a menudo pasa desapercibida y no se diagnostica, lo que subraya la necesidad de una mayor concienciación tanto entre los profesionales de la salud como en la población general. Si experimenta síntomas como ronquidos fuertes, despertares frecuentes durante la noche o somnolencia diurna excesiva, es crucial buscar evaluación médica.
Además, este estudio abre la puerta a futuras investigaciones sobre cómo las intervenciones tempranas en trastornos del sueño pueden influir en la aparición y progresión de otras enfermedades neurológicas. Comprender los mecanismos subyacentes a esta asociación podría conducir al desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas y preventivas.
En resumen, la apnea obstructiva del sueño no tratada puede aumentar el riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson. Sin embargo, el uso temprano de CPAP, especialmente dentro de los dos años posteriores al diagnóstico de apnea, puede mitigar este riesgo. Este hallazgo resalta la importancia de la detección y el tratamiento oportunos de los trastornos del sueño para la prevención de enfermedades neurológicas.
*En la creación de este texto se usaron herramientas de inteligencia artificial.
FOTO PRINCIPAL: Kampus Production