Gracias al impulso de incubadoras como StartUPC, USIL Ventures e Innóvate Perú, startups innovadoras están reactivando la economía en zonas fuera de Lima. Kango es uno de los casos más exitosos, promoviendo un turismo alternativo que beneficia a comunidades menos visibilizadas.
En un país tan centralizado como el Perú, la descentralización económica es un anhelo persistente. Hoy, gracias al crecimiento del ecosistema de incubadoras de empresas, ese objetivo está más cerca. Estas plataformas no solo brindan asesoría y financiamiento a startups locales, sino que también están cambiando la dinámica económica de regiones tradicionalmente olvidadas por las grandes inversiones.
Según datos del Programa Nacional de Desarrollo Tecnológico e Innovación (ProInnóvate) del Ministerio de la Producción, más de 700 startups han sido financiadas en los últimos años a través de concursos y fondos públicos. Este apoyo ha generado más de 15.000 empleos directos e indirectos, y ha aportado cerca de US$ 500 millones al Producto Bruto Interno (PBI) nacional. El retorno fiscal del programa Startup Perú, uno de los principales motores de esta transformación, se calcula en 2,7 veces la inversión estatal.
Uno de los casos más representativos es Kango, una startup que ha ganado notoriedad por su singular modelo de viajes sorpresa. Esta propuesta invita a los viajeros a descubrir su destino solo días antes del viaje, promoviendo una experiencia espontánea y auténtica. Pero su impacto va más allá de lo innovador del servicio: Kango dinamiza economías locales al trabajar directamente con operadores y proveedores regionales, incentivando el turismo en temporadas bajas y en destinos poco explorados.
“La innovación no está limitada al sector tecnológico o financiero. En sectores como turismo, agroindustria y educación, las incubadoras están cumpliendo un rol fundamental para llevar ideas al mercado, generar empleo y activar economías regionales”, afirma Yarissa Salomón, Manager Comercial de Kango.
Apoyada por incubadoras como USIL Ventures, StartUPC e Innóvate Perú, la startup ha crecido notablemente en el último año. Su modelo no solo ha sido bien recibido por jóvenes viajeros en busca de nuevas experiencias, sino también por pequeñas comunidades que ven en el turismo interno una vía de desarrollo económico real y sostenible.
“El Perú ofrece miles de destinos maravillosos que esperan ser conocidos y visitados. Desde KANGO, promovemos el flujo de turismo a los lugares más concurridos pero también a aquellos que hoy no son tan conocidos, y esto representa una oportunidad de crecimiento para sus economías”, agrega Salomón.
La recuperación del turismo interno está en marcha. Según el Ministerio de Turismo, en 2024 se registraron 43,5 millones de viajes dentro del país, lo que representa un crecimiento del 16,9 % en comparación al año anterior. Para el cierre de 2025 se espera alcanzar los 48,6 millones, una cifra que se aproxima a los niveles registrados antes de la pandemia.
Este auge no ha pasado desapercibido para las incubadoras, que ahora ven en el turismo una oportunidad para innovar y descentralizar. A través de sus programas de formación, capital semilla y redes de contacto, están habilitando a decenas de emprendimientos que ofrecen soluciones en destinos menos explorados. Esta estrategia no solo redistribuye el flujo turístico, sino que también fortalece cadenas productivas regionales en sectores como hotelería, transporte, gastronomía y artesanía.
El impacto de las incubadoras no se limita a nuevas empresas. Su influencia se extiende a comunidades rurales y zonas urbanas periféricas, donde la generación de empleo y el movimiento económico empiezan a reflejar los beneficios de un ecosistema innovador y descentralizado. Iniciativas como Kango están demostrando que es posible generar impacto real desde fuera de la capital, aprovechando lo mejor del territorio nacional con creatividad y propósito.
De esta manera, el Perú no solo se perfila como un semillero de ideas emprendedoras, sino como un entorno fértil para transformar innovación en impacto económico con rostro regional. Las incubadoras locales ya no son simples aceleradoras: son motores de transformación estructural que están ayudando a redefinir la distribución de oportunidades a lo largo y ancho del país.
*En la creación de este texto se usaron herramientas de inteligencia artificial.