Más de 500 mujeres embarazadas fueron evaluadas gratuitamente en Lima por la iniciativa Tiroides Móvil 2.0, revelando una prevalencia preocupante de disfunciones tiroideas que podrían afectar tanto a la madre como al desarrollo del bebé. Especialistas llaman a incluir el control tiroideo en los chequeos prenatales de rutina.
Un nuevo llamado de atención a la salud materna surgió tras los resultados obtenidos por el programa itinerante Tiroides Móvil 2.0, que evaluó a más de 500 mujeres embarazadas en Lima y halló posibles alteraciones tiroideas en aproximadamente 1 de cada 10 gestantes. Estas alteraciones, según los especialistas, podrían corresponder a casos de hipotiroidismo subclínico o clínico, condiciones que muchas veces pasan desapercibidas.
Las pruebas realizadas midieron los niveles de la hormona TSH (hormona estimulante de la tiroides), marcador clave para detectar disfunciones tiroideas. “Este tipo de hallazgos es crucial para generar conciencia sobre un problema silencioso pero con alto impacto, tanto en la madre como en el bebé”, indicó el Dr. Jesús Rocca, presidente de la Sociedad Peruana de Endocrinología.
El hipotiroidismo durante el embarazo puede derivar en preeclampsia, parto prematuro, bajo peso al nacer y complicaciones en el desarrollo neurológico y cognitivo del recién nacido. A nivel global, se estima que entre el 2% y el 3% de las gestantes sufren de esta condición. Sin embargo, en Perú, algunas investigaciones señalan cifras más altas. Por ejemplo, un estudio del Hospital Cayetano Heredia (2021) encontró que el 5,16% de las embarazadas sin antecedentes tiroideos presentaban hipotiroidismo, mientras que en el Centro de Salud José Olaya de Chiclayo la prevalencia llegó al 7,07%, especialmente en el tercer trimestre de gestación.
Las mujeres más vulnerables
El perfil de riesgo incluye a mujeres con antecedentes familiares o personales de enfermedad tiroidea, abortos espontáneos previos, infertilidad, diabetes tipo 1, obesidad o edad materna superior a los 30 años. También se debe prestar atención a síntomas aparentemente comunes en el embarazo, como fatiga extrema, aumento de peso, piel seca o caída del cabello, ya que pueden enmascarar un hipotiroidismo no diagnosticado.
“Uno de los mayores desafíos es que los síntomas del hipotiroidismo se confunden fácilmente con los del propio embarazo”, advierte el Dr. Rocca. A ello se suman otros signos menos frecuentes como voz ronca, intolerancia al frío, rostro hinchado, frecuencia cardíaca lenta y dificultad para concentrarse, que deben ser tomados en cuenta para un diagnóstico oportuno.
Diagnóstico temprano, clave en la prevención
La propuesta de los especialistas es clara: incluir el despistaje de disfunciones tiroideas como parte de los chequeos prenatales regulares, especialmente durante el primer trimestre. Esto permitiría detectar y tratar de forma temprana una condición que, sin intervención, podría tener consecuencias graves.
La campaña Tiroides Móvil 2.0, impulsada con el respaldo de la empresa Merck, no solo atendió a gestantes. También ha evaluado a más de 400 adultos mayores, sumando un total de 1.400 personas beneficiadas en distintas zonas de Lima. El enfoque ha sido claro: acercar el diagnóstico gratuito a poblaciones vulnerables y promover la detección temprana de enfermedades silenciosas.
Un problema ignorado en la salud pública
A pesar de los riesgos conocidos, el control tiroideo no forma parte del paquete estándar de exámenes prenatales en todos los centros de salud del país. Esto deja en situación de vulnerabilidad a miles de mujeres y sus hijos por nacer. La iniciativa Tiroides Móvil 2.0 demuestra que es posible cambiar esta realidad con campañas accesibles y bien focalizadas.
“La prevención debe comenzar con información, pero también con acción médica concreta. Las cifras que estamos observando deben motivar a los responsables de políticas de salud a incorporar estas pruebas en el sistema regular”, enfatizó el Dr. Rocca.
*En la creación de este texto se usaron herramientas de inteligencia artificial.