El filósofo y periodista argentino conversó con Vida y Futuro y reflexiona sobre la inteligencia artificial, la brecha generacional y el rol de la tecnología en la sociedad actual en una entrevista imperdible.
Vida y Futuro conversó con Tomás Balmaceda, una figura polifacética que navega entre la filosofía, el periodismo, la divulgación y la cultura pop. Quien es conocido también en redes sociales como @CapitánIntriga nos ofrece una mirada crítica y profunda sobre temas que nos interpelan a todos, desde el auge de la inteligencia artificial hasta la invisibilidad de ciertas generaciones en el debate público.
Mira nuestro primer episodio de Doble Check Podcast con Tomás Balmaceda:
Su perspectiva, siempre informada por la filosofía, nos invita a reflexionar sobre el impacto de la tecnología y la necesidad de un análisis que vaya más allá de lo puramente técnico. Además de ser un prolífico autor y cronista, Tomás es conocido por su trabajo en podcasts, incluyendo el recordado Tecla Cualquiera, donde abordaba la tecnología desde una óptica poco convencional.
A continuación, un extracto de la conversación que podrás escuchar completa en Doble Check Podcast.
– Tomás, ¿cómo te defines profesionalmente?
Mi vieja me decía «culo inquieto», porque siempre estoy haciendo cosas. En los formularios de los aeropuertos pongo filósofo, porque da prestigio. Periodista parece que te piden plata, pero si tuviera que elegir una, pondría «culo inquieto».
– Tu enfoque siempre está marcado por la filosofía. ¿Cómo influye esta disciplina en tu análisis de la tecnología y la inteligencia artificial?
La filosofía me da herramientas de análisis. Con colegas, desde hace un par de años, analizamos la tecnología de la inteligencia artificial. Al principio nos centrábamos en el machine learning porque el término «inteligencia artificial» nos parecía problemático. Hoy, vemos que la mirada filosófica es una mirada crítica que puede ayudar a entender la tecnología desde otra perspectiva, más allá de la programación o la ciencia de datos.
– Hoy en día, parece que todos usan la etiqueta de «inteligencia artificial». ¿A qué crees que se debe esto?
Es una etiqueta que genera dinero. Las empresas la usan para vender más, aunque los productos sean los mismos. También hay una historia de primaveras e inviernos en la IA. Hubo momentos de grandes promesas e inversiones, y otros donde era una mala palabra. Estamos viviendo una nueva primavera, con mucho entusiasmo y dinero, pero debemos preguntarnos qué genera esta tecnología.
– Hablando de la velocidad del avance tecnológico, ¿qué te parece la rapidez con la que evoluciona la inteligencia artificial generativa?
Es asombrosa. Hace poco pensábamos que la IA no sería creativa, y ahora crea textos, imágenes y canciones. Esto se debe a un cambio en cómo las empresas proponen sus productos y a la competencia entre nuevos jugadores. Las empresas ahora prefieren «pedir perdón que permiso».
– ¿Cómo debemos abordar los aspectos éticos del uso de la inteligencia artificial, especialmente en cuanto al manejo de datos personales?
Es un debate que no puede quedar solo en manos de tecnólogos. Necesitamos una tecnología que nos permita tener control sobre nuestros datos. No sabemos exactamente cuál es ese uso increíble para la inteligencia artificial generativa, más allá de cosas superfluas. Tenemos que exigir un tipo de tecnología que nos de privacidad y el control de datos.
– También has investigado el tema de las generaciones invisibles. ¿A qué te refieres con este concepto?
Con mi colega Miriam de Paoli, en nuestro libro «Generación Invisible», hablamos de aquellos que no son ni jóvenes ni viejos, y cómo esta generación bisagra ha perdido liderazgo. Por primera vez, convivimos cuatro o cinco generaciones en el planeta, lo que genera tensiones y desafíos interesantes. Vemos como las generaciones mas jóvenes y mas grandes no tienen muchos puntos en común. Los mas jóvenes le dicen a los mayores «machirulo» y estos les dicen «generacion de cristal».
– ¿Cómo crees que esta brecha generacional afecta el mundo laboral y el consumo de contenidos?
El concepto de «camiseta» en el trabajo ya no existe. Las nuevas generaciones tienen otras prioridades. También vemos cómo las empresas no están dirigiendo sus campañas de comunicación y ventas a personas de más de 40, que en muchos casos tienen más poder adquisitivo que los mas jóvenes.
– ¿Cómo podemos combatir el autoedadismo que mencionas?
A veces nosotros mismos nos autoexcluimos de espacios como TikTok por vergüenza. Es importante que nosotros nos involucremos en esos espacios. También es importante reconocer que envejecer no es fácil pero tampoco es una razón para ser descartados.