martes, diciembre 3, 2024
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Periodismo científico: el caso Jorge Cuyubamba | Opinión

Medios nacionales e importantes cadenas internacionales fueron sorprendidos por una persona que se hizo pasar por un científico que trabajaba en China para la fabricación de una vacuna. Ocultó que tenía un solo año de estudios de medicina y aún así vaticinó la aparición de una «nueva pandemia: Covid-20». Increíble.

El ejercicio del periodismo en el Perú empezó, prácticamente, con el periodismo científico, afirmó de manera contundente, en una entrevista que se le hizo en 1986 a Luis Alberto Sánchez (LAS), uno de los pensadores más importantes del siglo XX.

«El tema del periodismo científico en un país en donde la ciencia se cultiva tan poco, resulta hiperbólico, sin embargo por esas paradojas que siempre ocurren, el periodismo en el Perú, prácticamente, empieza con el periodismo científico. ¿Que fue el Mercurio Peruano de 1791? Fue evidentemente un periodismo científico».

Luego añadió: «En su primer número aparece la descripción del Perú hecha con un criterio muy realista por Baquijano y Carrillo con el seudónimo de “Cephalio”, y luego los relatos de las expediciones a la región de la Selva por el padre Sobreviela y otros más; hay un especie de una búsqueda de la realidad, y esta búsqueda es el comienzo de la ciencia».

En los siguiente quinces minutos, LAS relató con lujo de detalles cómo se hacía y difundía ciencia en nuestro país a lo largo de su historia, que con correr del tiempo ambas actividades se fueron diluyendo.

Formación y preparación

En el 2011 vino a nuestro país el divulgador científico español Pere Estupinyà Giné, quien recopiló información para una consultoría sobre la falta de difusión científica y la comunicación sobre innovación en el Perú. Aproveché su estancia para conversar y publicar una entrevista para El Comercio.

Al paso de tres años (2013) tuve los resultados del estudio entre mis manos y, desde entonces, casi nada ha cambiado. No existen, prácticamente, diplomados, cursos de especialización y mucho menos maestrías referidos al periodismo científico en el Perú. Faltan espacios de intercambio de experiencias entre periodistas y comunicadores relacionados con la ciencia, como sí los hay para otras ramas.

«Es fundamental la capacitación por varios motivos. Primero, para vencer esa complementariedad: ciencia y comunicación. Es absurdo, por ejemplo, que alguien que está formándose para pasar 30 o 40 años explicando al mundo qué está sucediendo en el siglo XXI no tenga formación en temas de ciencia«, comentó Pere en aquella oportunidad.

El autor del «Ladrón de cerebros» fue más allá: «Que los periodistas no salgan con ciertas nociones de ciencias es absurdo. Y es que la ciencia cambia muy rápido, entonces cada cierto tiempo es bueno estar actualizado. Deben entender además la importancia que tiene la ciencia hoy en día y cómo afecta nuestras vidas».

Pocos espacios

Si uno abre un diario o revista semanal no encontrará una sección fija sobre ciencia o tecnología. Solo existe un medio escrito. Los demás tienen espacios solo para la política, economía, opinión, espectáculo, cultura, deportes, crucigramas y humor.

Lo mismo sucede con casi todas las radios informativas y empresas de televisión. ¿Internet? Por lo general publican información de revistas de alto impacto o los lanzamiento de los gadgets. ¿Ciencia local? Poca o nula cobertura.

Hasta que llegó la pandemia del nuevo coronavirus y todo cambió. En los primeros días de marzo había muchas dudas e inquietudes sobre este nuevo mal. Lo recomendable era entrevistar a científicos reconocidos o investigadores especializados de casas de estudios o institutos de investigación.

Pero nada de eso sucedía (o sucede). En muchos casos se confundía la primicia, con la irresponsabilidad. Se confundía la mesura, con la imprudencia. Se confundía el rigor, con la imprecisión.

No sorprende, entonces, que aparezcan «personajes» nefastos como Jorge Cuyubamba, quien se hizo pasar por un científico que trabajaba en China para preparar una vacuna. Y algo más: vaticinó aparición de la «la pandemia de la covid-20 y 21». Increíble, pero cierto.

Hasta el cierre de esta nota de opinión, solo tres medios (Canal N, Agencia Andina de Noticias y Radio Programas del Perú) habían expresado sus disculpas a la ciudadanía en general por darle cobertura a un charlatán, sin haber aplicado algunas reglas básicas del periodismo.

Lo sucedido con Jorge Cuyubamba es una lección para todos los periodistas. Es una amarga lección que también se convierte en una oportunidad para tomar en serio la especialidad del periodismo científico. Para comprender también que este campo del periodismo llegó para quedarse.

Ahora la población exige mayor conocimiento sobre enfermedades que existen en distintas partes del mundo, pregunta sobre la importancia de las vacunas, así como el tiempo y proceso que toma la fabricación de medicamentos, entre otros. Y debemos estar preparados para entregárselo con el máximo rigor posible y en un lenguaje bastante claro.

Hay mucho por hacer, cierto. Pero también hay mucho por desterrar a tantos «cuyubambas» que transitan por los medios y que no necesariamente se hacen pasar por científicos, sino como especialistas de todo y, a la vez, de nada.

Notas de interés:

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