Podrán llamarme exagerado, pero considero que el pasado 1 de enero se marcó un hito en el periodismo peruano. Ok, quizás no un hito, pero sí un paso importante hacia mejorar la educación de la audiencia peruana.
En el Blog de la Redacción se publicó un interesante post, del cual reproduzco solo unos pasajes.
Hace muchos años —en épocas más oscuras— era común que la humanidad se maravillara por la posición y el movimiento de los astros, llegando incluso a creer que afectaban en alguna manera su destino. Pero, ahora, en pleno siglo XXI, sabemos que la astrología es una creencia que jamás revelará los misterios del universo como lo hace la precisa y científica astronomía.
Es por eso que no solo debemos reconocer al horóscopo como anacrónico, sino también como una pieza que no tiene lugar en nuestro diario por los principios éticos que rigen a la hora de informar a nuestros lectores y nuestro compromiso con la veracidad.
Para muchos podrá ser una medida intrascendente, pero para quienes buscamos y promovemos el pensamiento crítico es un paso muy importante. El propio medio reconoce que por su compromiso con la veracidad, el contenido basado en creencias y pseudociencias está fuera de lugar.
En uno de sus posts del interesante blog Magonia , Luis Alfonso Gámez recuerda un manifiesto firmado en 1975 por 186 científicos -18 de ellos ganadores del premio Nobel- en contra de la astrología. A los firmantes les “preocupaba la acrítica difusión de contenidos astrológicos en los medios de comunicación serios, algo que, a su juicio, solo podía contribuir al crecimiento del irracionalismo y el oscurantismo”.
En su texto, Gámez también recuerda las razones por las que Carl Sagan no firmó ese manifiesto. Yo rescato esta frase: “lo importante no es el origen vacilante y rudimentario del conocimiento de la astrología, sino su validez presente”.
Se escuchó por mucho tiempo, algo que parecía más una leyenda urbana que una realidad, referido a que cualquier persona de una redacción alguna vez fue el encargado de confeccionar las predicciones del horóscopo. Quienes trabajamos (o han trabajado) en un periódico sabemos que hubo un tiempo en que fue así. Incluso, cuando había que “castigar” a alguien le encargaban a escribir el horóscopo. Lo increíble fue ver cómo muchos años después –cuando se supone que tenemos mayor acceso a la información- los medios de comunicación en general empezaron a pagarle a terceros por esas predicciones.
Saber que se le está pagando a una persona, que asegura predecir el futuro para escribir el horóscopo o leer el tarot en un medio de comunicación, debería ser suficiente para que la audiencia no confíe en ese medio. Pero lamentablemente aquí no pasa así.
Desde mi punto de vista, todos los medios de comunicación deberían seguir el ejemplo de Perú 21 y no darle valioso espacio a información que no tiene sustento, que está basado en las creencias y que de ninguna manera colabora para el enriquecimiento de las personas.